En esta esquina existía un gran palo borracho y una glicina que se trepaba por sus ramas. Lo conté en este mismo blog en:
La esquina quedó con las paredes muy desoladas, por lo cual el dueño de la casa plantó un nuevo árbol y permitió a un grupo de jóvenes artistas, que instalaran un mural en esa amplia pared.
Aquí mediante fotos, va todo el proceso desde el comienzo al fin. Lo terminaron hace tan solo 4 días.
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