Ví esta película que me trajo unos recuerdos de mucho, pero
mucho tiempo atrás.
Yo era muy jovencita y trabajaba en una empresa pequeña,
unas 80/90 personas, que estaba ubicada en San Martín, una zona del conurbano de Buenos
Aires. En ese entonces la empresa no tenía comedor para sus trabajadores, por lo cual debíamos
llevarnos una vianda o bien teníamos 30 minutos para salir a comer algo. Afuera,
no había mucho para elegir, dos o tres lugares tipo fondas, donde había que
esperar y finalmente comíamos apurados y no nos caía bien la comida. Decidimos
con un grupo de compañeras que nos traeríamos algo de casa: sándwiches, frutas…
y nos juntaríamos a comer y charlar aprovechando esos 30 minutos.
El caso es que entre ellas estaba Graciela. Una mujer que hacía varios años que
estaba casada y no lograba quedar embarazada. El mayor anhelo de Graciela y su
marido era tener un hijo. Ambos, a su vez eran hijos únicos, así que los
suegros también lo deseaban fervientemente.
Un día Graciela muy feliz, nos comenta que quedó embarazada.
Ya no era una jovencita, así que debía tomar algunos recaudos, entre ellos, procurarse una alimentación buena y saludable.
Por esa razón no podía comer más al mediodía un sándwich y
un café.
Fue entonces que la suegra de Graciela, que vivía a unas 10 cuadras de nuestro trabajo, decidió que unos minutos antes de nuestro descanso, le
acercaría a su nuera una comida sana, nutritiva y calentita.
Dejaba la vianda en la recepción. El portero se la alcanzaba
a Graciela justo cuando nos reuníamos, pero ella no sabía que venía dentro de
la vianda. Así que 6 mujeres curiosas asomábamos la cabeza para ver que había
llegado ese mediodía. No les puedo narrar lo que era abrir la tapa, ver los
colores, oler esos aromas increíbles de
comida recién hecha, con productos nobles y sobre todo… con tanto amor. A todas
nos daba un poquitín de envidia, pero de la sana. Había días que venían unos
guisitos increíbles y Graciela generosamente, nos permitía mojar el pancito.
La escena se repetía todos los días.
¿Nos preguntábamos que traerá hoy la vianda de Doña Ana? Y me
arrepiento tanto de no haberle pedido alguna
de sus recetas. Pero también había un secreto, nos contaba Graciela que a su suegra, los platos le salía tan bien, porque ella cocinaba mucho en cacerola de
hierro fundido y ese tipo de cocción da un sabor muy especial a cualquier
comida.
La historia terminó cuando Graciela se retiró por maternidad.
Ya no volvió a trabajar, se dedicó a cuidar a su bebé.
La película filmada en la India me trajo ese aromático recuerdo. Es muy
bonita.
Gely querida: disfruto tanto de tus recetas como de tus historias ¡y qué hermosa historia esta que os contás! No he visto la película que comentás así que me la agendo. No soy demasiado cinéfila, sin embargo he visto un par de películas indias recomendadas por mi papá o mi esposo y me han gustado. por lo que veo e las fotos esta no habrá de ser la excepción. Qué maravillosa historia de amor y de esperanza. Un beso gigante.
ResponderEliminarS
Gracias Silvia! Te digo algo, esta película a vos te va a gustar, ya que te gusta la cocina y la literatura. Hay de las dos cosas... y a eso se puede agregar lo que es para nosotros ver costumbres tan distintas a las nuestras. Un beso!
EliminarBuenas fotos, buena redaccion. Para mi cualquier comida que tenga olor y cara de ser comida, es buena. Ya que yo resulte ser de regular a mala en la cocina....
ResponderEliminarGracias x compartir. Tratare de ver esa peli y de pasar un buen rato con los buenos sentimientos que nos hacer ver en tu relato. Gracias, y un beso,
una admiradora desde
Misiones
Argentina