Año 1964. Se acercaba otro 21 de
septiembre y de nuevo no tenía con quién
ir a un picnic de estudiantes.
Me moría de envidia al ver los grupos de chicos y chicas que para
esa fecha se juntaban a festejar el día
de la primavera. En mi caso era
imposible ir con mis compañeros del industrial. Yo concurría a una escuela
secundaria de enseñanza técnica, donde
era la única mujer, pero además, mis
compañeros no me invitaban. Los muchachos hacían sus programas y
estaba bien.
Las pocas amigas que tenía
en el barrio iban al picnic de la primavera, con su grupo de escuela, así que tampoco daba para ir con ellas...
Con mis 16 años, ni bien llegaba septiembre comenzaba a inquietarme. Quería por lo menos una
vez, sí o sí, saber como era un picnic de estudiantes precisamente ese día, “un
21 de septiembre”.
Justamente ese año había ingresado una chica nueva a primero, ahora éramos dos mujeres en toda la escuela.
Se llamaba Graciela y era de unos 13/14 años. En cambio yo estaba en 4to. año.
Unos días previos al 21 de
septiembre, le dije:
─ ¿Graciela,
te gustaría el día de la primavera ir de
picnic?
─ ¿Y con quién? ─ preguntó.
─ No
te preocupes ─ respondí. ─Yo lo arreglo. Eso sí, llevemos algo para comer y
ropa cómoda.
Llegado el día nos
encontramos en la Terminal de Bus de Plaza
Miserere.
Mi ropa cómoda era: un
pulóver de mangas cortas de banlon celeste
con un saquito haciendo juego, una
pollera tableada color crema que me iba por debajo de las rodillas y mocasines (En mi casa no me dejaban usar
pantalones, ni maquillaje...) Graciela, que tenía varios hermanos varones, se
vino con pantalones. Se veía mucho más
normal que yo para un picnic.
En la Terminal había muchísimos
chicos de ambos sexos. Todos hablaban a los gritos y nadie entendía nada. No sé muy bien cómo, pero Graciela y yo nos
subimos a un micro grande. Luego nos enteramos, de que iba a los Bosques de Ezeiza.
No conocíamos a nadie, simplemente nos colamos y el micro estaba repleto.
Al principio nadie se
fijaba en nosotras, pero los chicos no eran para nada estirados y empezaron a
preguntarnos quiénes éramos, de dónde veníamos.... Cuando llegamos a los
Bosques ya todos nos hablaban y nos iban integrando al grupo. Cantaban,
jugaban, desbordaban alegría...
A medida que transcurría
el día, se iban formando parejitas. Ahí
ya no tuvimos suerte. Igualmente participamos de una guitarreada, mateada, juegos de pelota paleta, de preguntas y respuestas… ¡Lo pasamos bárbaro! Y yo me di el gusto de
saber como era un picnic del día de la primavera. Ahh... por supuesto a la
tarde se largó una lluvia fenomenal y terminamos todos empapados, pero no me
importó. ¡Estaba feliz!
Foto de egresados |
Pensar que esa foto sacada ahora ocuparía el doble...a lo ancho.
ResponderEliminarCariños,
Horacio
Jaja... Que lindos que éramos, No?
ResponderEliminarBeso
Qué hermosa anécdota, Gely. Tu relato acerca de los pantalones me levó hasta mi abuela (con algunos años más que vos, sin dudas). La pregunta inevitable es ¿cómo terminaste en una escuela técnica?
ResponderEliminarSilvia, ese es otro relato y también lo tengo escrito. Si queres te ligo donde...Beso!
EliminarComo no estar orgullosa? esa es mi hermana. La unica mujer en el colegio, la primera egresada en electronica
ResponderEliminarSalio en la tele y fue noticia por todo el pais. Viva Geli, adelante las mujeres....
que nada nos detenga y que su colaboracion, luego en su carrera; en energia atomica haya dejado su grano de arena.
Que hermoso recuerdo.
ResponderEliminarTe deseo una muy feliz Primavera