La casa familiar fue construida en el año 1910, era tipo
“chorizo”. Tenía un gran jardín a la calle y las habitaciones daban a una galería alta y fresca, ideal para dormitar siestas
en el verano. Pero esas habitaciones no estaban comunicadas entre sí, siempre había que pasar por la galería para ir de una a otra.
A su vez, al costado de la galería se hallaba una gran pérgola
de madera que sostenía a una vieja parra. Todos los años, la vendimia de esta parra proveía varios frascos de dulce de uva que se guardaban para el invierno.
Luego venía un comedor con un ventanal de hierro que llevaba vidrios partidos, algunos de colores. Desde allí se
divisaba el fondo con la pequeña huerta familiar.
La cocina de la casa era amplia y tenía instalada una antigua “cocina económica” que se alimentaba a leña, de manera que mientras se cocinaba, almacenaba agua caliente en un tanque para la ducha de
toda la familia; claro que el baño tenía que ser rapidito, pues si no el agua, no alcanzaba
para todos.
En invierno el punto de encuentro
de la familia era la cocina. Sobre una amplia mesa cubierta por un mantel de
hule, los niños hacían los deberes para
el colegio, se cortaban las telas para futuras prendas, amasaban los fideos del
domingo, acomodaban los frascos de dulces…
Durante los tórridos días de
verano -no existían los acondicionadores de aire- el agua fresca para beber, se extraía de viejas heladeras de madera.
Por eso pasaba el vendedor de hielo todos los días. Se compraba el hielo por barra, o por media barra, de acuerdo al tamaño de la heladera…
Por eso pasaba el vendedor de hielo todos los días. Se compraba el hielo por barra, o por media barra, de acuerdo al tamaño de la heladera…
En verano, la diversión de los niños más pequeños, era
una pileta de lavar la ropa que estaba en el patio del fondo. Bastante grande y de
cemento, de esas que no se ven más. Los niños jugaban desnudos bajo el
chorro de agua. La diversión consistía en retener el agua con las manos… Las
risas se oían de lejos…
El tiempo fue pasando y se
sucedieron tres generaciones. La casa sufrió muchísimos cambios.
Actualmente no es más tipo “chorizo”. Ahora es moderna con gas natural y con
todos los artefactos actuales que hacen al confort de nuestra época. ¿Pero
saben que es lo que permaneció intocable, casi como un símbolo?
La vieja pileta de lavar la ropa. Es que los niños de la tercera generación de esta familia, aún se bañan y juegan en esta vieja pileta, y sus risas actuales son idénticas a las de sus padres, tíos, primos y abuelos.
La vieja pileta de lavar la ropa. Es que los niños de la tercera generación de esta familia, aún se bañan y juegan en esta vieja pileta, y sus risas actuales son idénticas a las de sus padres, tíos, primos y abuelos.
La vieja pileta no desea que la jubilen…
Muy linda historia Gely, te cuento que mi casa tambien era "tipo chorizo" un primer patios donde daban las habitaciones (que se comunicaban entre si) con primero una glicina tipo parral y luego el parral que tambien proveia fruta para el dulce, luego un escalon con balustrada que daba a un segundo patio donde estaba la cocina, el baño y la pileta de lavar y en el medio una añosa higuera que era nuestro "ventilador" ya que bajo su sombra comiamos o dormiamos la siesta en una reposera, ( los higos en almibar que hacia mi mama eran espectaculares) mi recuerdo de la pileta era que con mi hermano jugamos a la guerra naval con la tabla de lavar, los broches y soldaditos. Para mi tambien es un hermoso recuerdo.
ResponderEliminarQue lindo Teresa!! Vos también tendrías que hacer un relato... Me estoy imaginando la higuera y con lo que me gustan los higos...
EliminarGracias por tu recuerdo. Un beso!