“Lo de *tirar manteca al techo* es de moi, eso sí lo acuñe yo, afirmó Macoco, con una sonrisa.
—¿Por qué no explicás de dónde viene esa frase tan famosa? —le pregunté—. ¿Cuál es el origen de «tirar manteca al techo»?
—Viene del restaurante Maxim’s de París, donde yo invitaba a comer a mis amigos. Resulta que en uno de los salones especiales había una pintura en el techo, sin duda inspirada en Rubens, con unas valquirias de senos prominentes y tentadores que sobresalían de los escotes. Una noche yo puse manteca en el tenedor y empecé a tirarla para ver si la embocaba entre las tetas de las mujeres de la pintura. Se armó un torneo entre quienes me acompañaban. Todos los muchachos empezaron a *tirar manteca al techo*…“
La explicación más corriente, acaso complementaria de la anterior, es esta: “A principios del siglo XX, los “niños bien” de la alta sociedad porteña gastaban fortunas en los cabarets locales y de París. Tiraban panes de manteca al techo usando sus cubiertos. Ganaba quien tiraba más. La diversión era, también, ver cómo caían las bailarinas al pisar la manteca que chorreaba al suelo“.
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