martes, 2 de abril de 2013

Ruta 40. Historias. 1

Un Policía en la Patagonia

Con 4 amigos,  mi marido y yo, recorrimos en marzo de 2013, más de la mitad de la Ruta 40 de la República Argentina. Para ello, solo disponíamos de 26/27 días.
La parte norte de la Mítica Ruta 40, mi marido y yo la habíamos recorrido en otras ocasiones y por tramos. Así que nos interesaba particularmente la zona sur.
Fuimos en 2 coches y con 6 pasajeros, por lo cual alternamos de vehículos y de conductores. Gracias a eso hicimos casi un rally,  pues solo llegar al “Km 0” de la Ruta 40 desde Buenos Aires, lleva 2700km. Pero estos son de la Ruta 3, llamada “La Ruta Azul”. Nombre que hace mérito al paisaje,  ya  que va bordeando siempre la costa del Océano Atlántico y el mar en el sur de nuestra región, es de un color azul intenso.
En total en nuestro coche hicimos cerca de 9000 Km. El otro vehículo hizo casi 11.ooo km, pues siguió una semana más.

Se imaginarán Uds. cuantas anécdotas hay para contar. Ni que hablar de los paisajes maravillosos que hemos visto




En este sitio hemos colocado las fotos, el recorrido y la experiencia en si.


A mi marido y a mi, particularmente nos encanta poder contactarnos con la gente de cada región,  entablar conversación, que nos cuenten como viven en su propio lugar. Nos parece que un viaje no es completo si solo ves los bonitos paisajes y no te enterás algo más sobre la idiosincrasia de los lugareños de esos hermosos lugares.
Por eso,  en este que es “mi blog”, y se llama “Comidas con historias”,  voy a explayarme sobre esos temas, puesto que son vivencias muy particulares que no daban para contarlas en un blog comunitario como es el de:  Ruta40. No importa la edad.
Las historias a veces  serán con alguna referencia a comidas de la zona y otras  simplemente pequeñas anécdotas.
Pido disculpas si mis historias no tienen un orden por localidad de llegada. Es que si bien fui tomando apuntes de absolutamente todo lo que sucedió en este viaje, me voy acordando de las historias a medida que voy procesando en mi memoria tantas vivencias juntas, que además se dieron  en tan escaso tiempo.

Va la primera:
Un policía en La Patagonia o  “Un muy buen alimento: El Piñón de Araucaria” (Pehuén en Mapuche)

Veníamos subiendo la Ruta 40 desde Río Negro a Neuquén. Cuando llegamos al límite de la provincia pasamos debajo de un arco que decía: “Bienvenidos a la Provincia de Neuquén”
Del otro lado, esperaban a los coches 2 policías: una mujer y un hombre. Pertenecían a la policía de Neuquén. Paraban a cada coche y en una tablilla donde tenían colocada una planilla,   anotaban todos los datos.
Nuestros compañeros de viaje, del otro vehículo ya habían pasado y nos esperaban detenidos a unos 200 metros adelante.
Bajamos la ventanilla y nos toca el policía hombre.
─ Buenos días Señor.
─ Buenos días ─ respondimos los tres ocupantes del coche
─ Documentos por favor
Mi compañero le alcanza todos los papeles. El policía completa su planilla y nos pregunta:
─ ¿Hacia donde se dirigen?
─ A Villa Pehuenia. ¿Ud. sabe como está el camino? ─ Pregunta mi compañero
─ Ahh…¡Yo soy nacido allí! ¿Van a pasear?
─ Si ─ Contestó nuestro conductor.
─ Entonces van a ver “Los Pehuenes”. Es uno de los lugares que más árboles tiene de esa especie.
─ Son los que dan los piñones ¿No? ─ Me incorporé a la conversación
─ Si. Los mismos ─ agregó entusiasmándose
─ Y no saben la cantidad enorme que dieron este año. ¡Fue una cosecha record!
─ No me diga… ¿Y porqué fue así este año?
─ Es que hizo muchísimo calor en el mes de enero y los Pehuenes reventaban de piñones.
─ Que pena que yo no se prepararlos
─ Pero es muy fácil ─dijo el policía cada vez más entusiasmado. Se hierven en agua 2 horas. Se dejan enfriar y luego se abren desde la puntita más gorda…

A todo esto se había juntado una pequeña fila de coches detrás nuestro y la policía mujer, se acercó a nuestro vehemente interlocutor y le hizo señas para que deje de hablar y atienda a los 2 ó 3 coches que esperaban. Él, muy tranquilo en un ademán entregó la planilla a su compañera para que  lo sustituya en la labor de interrogar a cada conductor, y siguió con la charla:
─ Otra forma de cocinarlos es a “las brasas”, pero es más difícil saber cuando están tiernos.
─ Pelar los piñones ─ continuó─ cuesta algo de trabajo. Pero vale la pena. Es un alimento muy bueno. Nuestro pueblo lo utiliza desde sus orígenes (se refería a Los Mapuches)
─ ¿Y como lo comen? ─ Pregunté en el colmo de la curiosidad.
─ De muchas formas. En almíbar si quieren comerlos dulces. En escabeche o en pastas, previo molido. Con condimentos para salados. También se hace harina y se utiliza para tortas fritas, para repostería… ─ y seguía dándome recetas.

Pero en eso alcé la vista y vi a nuestros compañeros del otro coche que nos esperaban adelante, que habían bajado del mismo y se dirigían hacia donde estábamos nosotros, para ver que sucedía.
Como si fuera poco, la mujer policía se veía justificadamente enojada.
Tuvimos que decirle al hombre que agradecíamos mucho todas las recetas, pero nos teníamos que ir.
De repente tomó conciencia de su función y nos hizo la venia y deseó “Un feliz viaje”
Pero aún en el momento de arrancar y casi yéndonos,  nos gritó:
─ ¡No olviden de llevar piñones para su casa!

1 comentario:

  1. Acabo de leer la anecdota del policia de Neuquén... Realmente muy graciosa...
    Es bueno aclararle a los lectores del blog que los pehuenes es sinonimo de araucaria que es el nombre más conocido por los "progres" de la ciudad....
    Esperamos más relatos....

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