Estoy sentada tomando
un café en un bar de una famosa cadena mundial. El lugar está lleno a esta hora de la mañana. Gente que traslada
su oficina virtual hasta aquí. Miran sus Ipads o Netbooks o Ipods,
toman su café mientras observan las pantallas aislados del mundo.
Pero también los hay sentados en grupos, conversan y discuten cómo encarar el trabajo
del día.
En una mesa cercana escucho a un maduro arquitecto que trata
de convencer a una joven pareja, sobre
la conveniencia de hacer un agregado a su
futura vivienda.
Un poco más alejado, aguzando el oído escucho a dos mujeres jóvenes hablando de sus maridos
e hijos. Una de ellas se queja del poco dinero que le pasa su ex y como le
arruina la vida a ella y por ende a su
hijo.
Si miro para el frente, veo y escucho a un abogado con cara de vivillo. Saca
documentos de un maletín y los muestra,
sin parar de hablar, a un anciano
con cara triste y preocupada.
Hace mucho frío y a cada rato se escucha el ruido de la
máquina Express mientras el aroma del café recién molido se expande gratamente.
Cuando entra o sale un cliente, por la puerta entreabierta, penetra una
ráfaga de aire frío desde la calle.
De pronto, una señora
mayor pide un chocolate con leche.
─ ¡Ohh! ─
digo ─ ¡Es el famoso submarino!
Miro como lo preparan: Usan un vaso alto de vidrio. Lo colocan dentro de una jarrita metálica con una manija
pequeña al costado. Vierten leche muy caliente adentro, casi hasta
llenarlo y sumergen allí, una
barra entera de chocolate.
¡Que rico para este día tan frío!
Comienzo a recordar lo popular que era años atrás tomar
chocolate caliente. Estaba el famoso Vascolet y el Toddy. O simplemente íbamos
a La Giralda a tomar chocolate
con churros.
Pero ahora, en tiempos de Netbooks, Ipad y demás adelantos
tecnológicos, aunque la gente se sigue acompañando de cafecitos, también
toman, sobre todo los jóvenes, muchos
“batidos”.
Los hay de todo tipo, pero
eso corresponde a otra foto.
No te olvides de El Vesubio, tengo un recuerdo de muy chica, cuando vinieron los equilibristas alemanes, que cruzaban la 9 de Julio desde el obelisco a un edificio y como corolario al paseo me llevaron a tomar chocolate a El Vesubio.
ResponderEliminarPara mi toda una aventura
Tenes razón, me acuerdo también de El Vesubio. ¿Cómo es esa historia de que vinieron equilibristas alemanes?? No la se.
Eliminarbeesos
Gely
Buscando en Google el tema de los equilibristas encontre esto:En 1943, equilibristas alemanes caminaron sobre un alambre entre el Obelisco y un edificio de Carlos Pellegrini. yo creo que el año esta mal, por que yo era chica, pero tendria unos 10 años, en el 43 tenia 2 y no creo acordarme.
ResponderEliminarJa, se ve que loquitos hubo en todas las épocas.
EliminarDebe haber sido muy divertido, lleno de gente. Toda una fiesta. Gracias por los datos. Beso.
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