Mi marido y yo compramos un único producto y para pagar, fuimos a una caja rápida. Delante de nosotros había una señora, la llamaremos Ana.
Ana llevaba un solo artículo, cuando llegó a la caja, en vez de pagar, salteandonos a nosotros, le ofreció gentilmente su turno a la señora que venía detrás en la fila. Esta señora a la que llamaremos Marta, avanzó contentísima cómo si no estuviéramos.
Sentí que me subía la ira y estaba a punto de protestar. Mi marido dijo:
— Dejála, no te pelees.
—Nosotros estamos antes. ¡Y también llevamos un solo articulo! —protesté.
— No importa. No vale la pena pelear por esto.
Me calmé, dejé adelantarse a Marta y comencé a observar: Marta y Ana conversaban muy entretenidas mientras esperaban a que la cajera pasara sus productos.
De pronto, Ana saca de su cartera un álbum de fotos pequeño y se lo muestra a Marta. Le digo a mi marido:
— Mirá, tanta amabilidad tenía un costo, ahora Marta tiene que mirar todas esas fotos.
Se notaba que Marta las miraba por puro compromiso y lo único que deseaba, era terminar rápido el trámite de la caja.
Cuando le tocó el turno nuevamente a Ana, se dió vuelta y nos dijo:
— Pasen Ustedes. Yo tengo que cambiar un artículo.
Fue hacia adentro del supermercado y volvió con un paquete de azúcar.
Nosotros mientras tanto terminamos nuestra compra y estábamos por irnos, pero vemos que Ana, seguía cediendo los lugares a la gente que estaba detrás de ella y con cada uno iniciaba una conversación. Era evidente que no quería irse de la fila de la caja, porque allí encontraba con quién conversar.
En ese momento, me alegré de no haberme dejado llevar por la ira y pensé:
—Es bueno no enojarse y ver la situación en su verdadero contexto...
jueves, 29 de agosto de 2013
martes, 27 de agosto de 2013
lunes, 26 de agosto de 2013
Solitario
Es una tibia
tarde otoñal, camino por el hermoso parque costero de Vicente López. Miro los
veleros a lo lejos y me rodea la gente que toma mate, corre, juega a las bochas
o comparte una guitarreada.
Me detengo
ante un personaje que me llama la atención. Él, solo, aislado de tanta
alegría y movimiento está sentado a la orilla del río. Un hombre de unos 65
años, muy humilde, con barba rubia entrecana, saca trozos de pan de una enorme
bolsa que está su lado y los arroja al aire. Muchos pájaros lo rodean.
Una expresión triste en su rostro hace que mi
imaginación comience a tejer su historia: es un solitario, no tiene a nadie y junta pan viejo durante la semana
para venir a darles a los pájaros.
Siente que ellos le hacen compañía y lo alegran más que los seres humanos.
Se le insinúa una sonrisa cuando ve a los pájaros disputarse los trozos de pan.
Palomas, zorzales, cotorras y gorriones toman los trozos y salen volando.
Se le va
vaciando la bolsa de pan. El recreo
llega a su fin, pronto regresará a su vida solitaria hasta la próxima
tarde de pájaros.
Sigo mi
camino, pero ese hombre ya es mi personaje.
viernes, 23 de agosto de 2013
Foto de una mañana muy fría
Estoy sentada tomando
un café en un bar de una famosa cadena mundial. El lugar está lleno a esta hora de la mañana. Gente que traslada
su oficina virtual hasta aquí. Miran sus Ipads o Netbooks o Ipods,
toman su café mientras observan las pantallas aislados del mundo.
Pero también los hay sentados en grupos, conversan y discuten cómo encarar el trabajo
del día.
En una mesa cercana escucho a un maduro arquitecto que trata
de convencer a una joven pareja, sobre
la conveniencia de hacer un agregado a su
futura vivienda.
Un poco más alejado, aguzando el oído escucho a dos mujeres jóvenes hablando de sus maridos
e hijos. Una de ellas se queja del poco dinero que le pasa su ex y como le
arruina la vida a ella y por ende a su
hijo.
Si miro para el frente, veo y escucho a un abogado con cara de vivillo. Saca
documentos de un maletín y los muestra,
sin parar de hablar, a un anciano
con cara triste y preocupada.
Hace mucho frío y a cada rato se escucha el ruido de la
máquina Express mientras el aroma del café recién molido se expande gratamente.
Cuando entra o sale un cliente, por la puerta entreabierta, penetra una
ráfaga de aire frío desde la calle.
De pronto, una señora
mayor pide un chocolate con leche.
─ ¡Ohh! ─
digo ─ ¡Es el famoso submarino!
Miro como lo preparan: Usan un vaso alto de vidrio. Lo colocan dentro de una jarrita metálica con una manija
pequeña al costado. Vierten leche muy caliente adentro, casi hasta
llenarlo y sumergen allí, una
barra entera de chocolate.
¡Que rico para este día tan frío!
Comienzo a recordar lo popular que era años atrás tomar
chocolate caliente. Estaba el famoso Vascolet y el Toddy. O simplemente íbamos
a La Giralda a tomar chocolate
con churros.
Pero ahora, en tiempos de Netbooks, Ipad y demás adelantos
tecnológicos, aunque la gente se sigue acompañando de cafecitos, también
toman, sobre todo los jóvenes, muchos
“batidos”.
Los hay de todo tipo, pero
eso corresponde a otra foto.
domingo, 11 de agosto de 2013
Pastel de carne con puré mixto
Si, ya se que van a comentar: ¿Quién no sabe hacer un pastel
de papas? o como le llamo yo, ¿De carne? Pero esta es mí receta.
Es un plato sumamente popular, fácil de hacer y muy
rendidor. Conocido en casi toda Sudamérica. Cada país usa las papas que hay en
su región, pero el relleno es siempre de carne vacuna. Hay muchas clases de
papas y cada cual con su sabor. En mi caso utilizo para el puré: papas, batatas
y zapallo. Aquí va mi receta:
Ingredientes
500grs de carne vacuna magra y picada
2cebollas grandes
1cebolla de verdeo
500grs de carne vacuna magra y picada
2cebollas grandes
1cebolla de verdeo
Aceite
1/2 ají morrón rojo
2 huevos duros
2 papas grandes
2 huevos duros
2 papas grandes
2 batatas
1/4 de zapallo (yo utilice el zapallo tipo carburé)
25 grs. de manteca.
Condimentos: Pimienta molida en grano, queso rallado, sal, comino, nuez moscada, 1 ají picante pequeño, orégano.
Preparación
Relleno: Pelar las cebollas blancas y la de verdeo, cortarlas en daditos. Igual con el ají morrón.
1/4 de zapallo (yo utilice el zapallo tipo carburé)
25 grs. de manteca.
Condimentos: Pimienta molida en grano, queso rallado, sal, comino, nuez moscada, 1 ají picante pequeño, orégano.
Preparación
Relleno: Pelar las cebollas blancas y la de verdeo, cortarlas en daditos. Igual con el ají morrón.
Utilizar un wok o cacerola grande, echar un poco de aceite y a fuego mediano dorar las cebollas, el verdeo y el ají morrón. Una vez que la cebolla quede transparente, incorporar la carne picada. Rehogar todo a fuego lento hasta que la carne esté cocida. Condimentar con sal, ají picante y un toque de orégano. Si te gusta agregas una cucharita de las de café de comino. Yo lo hice y quedó muy bien. Revolver bien el relleno y reservar.
Aparte hervir dos huevos hasta que queden duros. Reservar.
Puré Mixto: Pelar
las papas y batatas. Cortar en cubitos y cocinar en agua con sal. Cocinar
aparte el zapallo. Hacer un puré con los tres (papas, batatas y zapallo)
incorporar la manteca, pimienta y una pizca de nuez moscada. Mezclar bien con
cuchara de madera.
Armado final: Embadurnar con un poco de aceite fondo y paredes de una bandeja para horno. Colocar una capa pareja de puré en toda su extensión.
Cubrir con el
relleno, picar los huevos duros y esparcirlos por arriba del relleno. Tapar el
relleno con el resto del puré. Aplanar con una cuchara y esparcir queso rallado
por encima de toda la superficie del pastel.
Llevar a horno mediano unos 20 minutos y luego, hacer que se dore el queso rallado en el grill del horno. Servir calentito.
lunes, 5 de agosto de 2013
Tarta de choclo con queso azul y mozzarella
Los choclos que se compran en los puestos de verduras están viniendo muy tiernos y lindos. A pesar
de que me encanta comerlos al natural, simplemente hervidos con un poco de sal
y agarrándolos en la mano, me tenté y separé algunos para hacer una tarta.
Ingredientes
4 choclos hervidos.
2 cebollas medianas.
1 cuchara de crema de leche.
3 huevos.
Sal, nuez moscada, pimienta en grano.
100grs. de queso mozzarella.
100grs de queso tipo azul.
1 disco de masa para tarta.
Aceite, margarina para untar.
Preparación
Hervir los choclos en agua con sal. Una vez tibios,
desgranarlos con un cuchillo hasta el marlo. (Yo usé choclos frescos, pero se
puede hacer la misma tarta con maíz envasado y/o congelado)
Pelar las cebollas, picarlas y dorar en una sartén con un
poco de aceite.
Mezclar los granos de
maíz con la cebolla dorada, agregar la crema, los huevos y condimentar.
Enmantecar una bandeja para horno y acomodar la masa. Verter el relleno sobre ésta y desparramar sobre la superficie,
los dos quesos mezclados y cortados bien pequeños.
Hornear a fuego moderado hasta que se dore.
Nota: Si le gusta que la tarta quede más firme, se puede
agregar a la mezcla 2 cucharas de pan rallado o una colmada de harina.
Servir tibia o fría con una ensalada, o con arroz, o con lo
que desee. ¡Muy Rica!
Ahhh… ¿No saben que es eso amarillo que usé para guarnición?
Pues son plátanos verdes fritos
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