viernes, 23 de agosto de 2013

Foto de una mañana muy fría

Estoy  sentada tomando un café en un bar de una famosa cadena mundial. El lugar está lleno  a esta hora de la mañana. Gente que traslada su oficina virtual hasta aquí. Miran sus Ipads o Netbooks  o Ipods,   toman su café mientras observan las pantallas aislados del mundo. Pero  también los hay sentados en grupos,  conversan y discuten cómo encarar el trabajo del día.

En una mesa cercana escucho a un maduro arquitecto que trata de convencer a una joven pareja,  sobre la conveniencia de hacer  un agregado a su futura vivienda.

Un poco más alejado, aguzando el oído escucho  a dos mujeres jóvenes hablando de sus maridos e hijos. Una de ellas se queja del poco dinero que le pasa su ex y como le arruina la vida a ella y por ende a  su hijo.

Si miro para el frente, veo y escucho  a un abogado con cara de vivillo. Saca documentos de un maletín y los muestra,  sin parar de hablar,  a un anciano con cara  triste y preocupada.

Hace mucho frío y a cada rato se escucha el ruido de la máquina Express mientras el aroma del café recién molido se expande gratamente.


Cuando entra o sale un cliente,  por la puerta entreabierta, penetra una ráfaga de  aire frío desde la calle.
De pronto,  una señora mayor pide un chocolate con leche.
 ─ ¡Ohh!  ─ digo ─ ¡Es el famoso submarino!
Miro como lo preparan: Usan un  vaso alto  de vidrio. Lo colocan  dentro de una jarrita metálica con una manija pequeña al costado. Vierten leche muy caliente adentro,  casi hasta  llenarlo y sumergen allí,  una barra entera de chocolate. 


¡Que rico para este día tan frío!
Comienzo a recordar lo popular que era años atrás tomar chocolate caliente. Estaba el famoso Vascolet y el Toddy. O simplemente íbamos a La  Giralda a tomar chocolate con churros. 


Pero ahora, en tiempos de Netbooks, Ipad y demás adelantos tecnológicos, aunque la gente  se  sigue acompañando de cafecitos,  también  toman, sobre todo los jóvenes,  muchos  “batidos”. 


Los hay de todo tipo, pero eso corresponde a otra foto.

5 comentarios:

  1. No te olvides de El Vesubio, tengo un recuerdo de muy chica, cuando vinieron los equilibristas alemanes, que cruzaban la 9 de Julio desde el obelisco a un edificio y como corolario al paseo me llevaron a tomar chocolate a El Vesubio.
    Para mi toda una aventura

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    1. Tenes razón, me acuerdo también de El Vesubio. ¿Cómo es esa historia de que vinieron equilibristas alemanes?? No la se.
      beesos
      Gely

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  2. Buscando en Google el tema de los equilibristas encontre esto:En 1943, equilibristas alemanes caminaron sobre un alambre entre el Obelisco y un edificio de Carlos Pellegrini. yo creo que el año esta mal, por que yo era chica, pero tendria unos 10 años, en el 43 tenia 2 y no creo acordarme.

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    1. Ja, se ve que loquitos hubo en todas las épocas.

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    2. Debe haber sido muy divertido, lleno de gente. Toda una fiesta. Gracias por los datos. Beso.

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