jueves, 29 de noviembre de 2012

El Uruguay no es un río…

es un cielo azul que viaja. 

¿Ustedes saben que  por estas pampas existe una leyenda  que se llama  “El Mal del Sauce”?
Se dice  de este mal que  atrapa a quienes se tienden a dormir la siesta bajo su sombra: al despertar descubren que se han enamorado del lugar y ya no pueden abandonarlo.


Mientras uno duerme la siesta bajo un sauce, las defensas del organismo descienden y se comienza a percibir el aroma de las plantas, los sonidos de los pájaros y otros factores a los que nunca antes habían prestado atención. ¡ Este  mal es adictivo!


Pues eso nos ocurrió este fin de semana largo a mi marido y a mí. Fuimos a una localidad de la Provincia de Entre Ríos, llamada Colón, que se encuentra acostada sobre la orilla del río Uruguay. En anteriores viajes hemos  pasado muchas veces por la zona, pero siempre apresurados, rumbo a otros lugares.



Esta vez decidimos quedarnos tres días.


Nos alojamos frente a una de las hermosas playas y  cruzábamos con sillas y mate  hacía la orilla, debajo de los sauces. Fue tal la paz que nos invadió,  que todo era placer. Escuchar a los pájaros, mirar el río, los pescadores, los barquitos, la gente que se reunía a charlar y a tomar mate sin parar. Mucho mate y pasaban  los vendedores  de “tortas fritas, churros, rosquitas…
Una variedad de pájaros increíble. A propósito de los pájaros conocen la canción: ¿Río de Pájaros?


Río de los pájaros

(Autor: Aníbal Sampayo)

El Uruguay no es un río,
es un cielo azul que viaja.
Pintor de nubes: camino,
con sabor a mieles ruanas.

Los amores de la costa,
son amores sin destino,
camalotes de esperanza
que se va llevando el río.

Chuá, chuá, chuá, ja, ja, ja,
no cantes más, torcacita,
que llora sangre el ceibal.


Morenita lavandera,
biguacita de la costa,
enrollate la pollera,
ponete a lavar la ropa.

Tu madre cocina charque,
tu padre fue río arriba
y vos te quedaste sola
lavando ropa en la orilla.

Canoíta pescadora,
aguantame el temporal,
si mis brazos no se cansan
remando te he de sacar.

Gurisito pelo chuzo,
ojitos de yacaré,
barriguita chifladora,
lomito color café.


Pasé los tres días tarareando esta hermosa canción.






Cada tanto vale la pena contraer El mal del Sauce, lo difícil es volver…

viernes, 23 de noviembre de 2012

Tarta de zanahorias con maíz

Me desperté muy temprano, demasiado. Miré a mi costado y mi vecino de cama dormía profundamente. Prendí la pequeña radio con audífonos que tengo para esas ocasiones. Por el horario,  lo único que se podía escuchar eran los  informativos agropecuarios. A cuanto la vaca gorda, la vaquillona, los  terneros, la cotización de la soja, trigo,  maíz, etc. La locutora dedicó un capítulo especial a las hortalizas y comenzó a hablar sobre las propiedades de la zanahoria. Se fue entusiasmando y de pronto dijo:
- ¿Ustedes probaron alguna vez la tarta de zanahorias con maíz? Es exquisita!!. Hay muchas formas de hacerlas, la recomiendo ya que hay unas zanahorias muy buenas en esta época. (Pero no proporcionó ninguna receta)


Me volví a dormir y cuando desperté me dije: “Hoy hago tarta de zanahorias con choclo”.
La receta la inventé (aunque no hay nada nuevo bajo el sol), pero total si me fracasa no la publico y ya está. Fue un éxito, muy sabrosa. Así que aquí va:

Ingredientes
1 disco de masa para tarta, comprado o amasado en casa
5/6 zanahorias medianas
1 diente de ajo
1 cebolla grande
1 taza llena de maíz desgranado, o congelado, o en lata.
3 cucharadas gorditas de queso crema ó 2 de crema de leche
3 huevos
Queso rallado a gusto
Aceite, sal, pimienta blanca molida, nuez moscada.

Preparación
Pelar y rallar las zanahorias (Yo las rallo a máquina a fin de  preservar mis deditos),  picar el diente de ajo, cortar la cebolla en cubitos.


El maíz: Si utiliza choclo fresco y lo desgrana, darle un hervor previo de unos minutos. Lo  mismo si es congelado. En cambio si usa el  de lata,  generalmente   los granos ya vienen  blandos.
Calentar un wok o cacerola con un chorrito de aceite. Rehogar la cebolla. Luego agregar el ajo picado y las zanahorias ralladas. Cocinar a fuego lento unos 5 minutos. Agregar el maíz y los condimentos. Mezclar bien y cocinar todavía unos minutos más.


Apagar el fuego  e incorporar el queso crema o bien la crema de leche. Mezclar. Dejar enfriar y luego incorporar los huevos mezclando bien.

Enmantecar/enharinar  un molde de tarta y acomodar la masa. Verter el relleno sobre ella. Espolvorear con abundante queso rallado y cocinar en  horno  de temperatura moderada hasta dorar (Cada uno conoce su horno, así que verá el tiempo. El queso rallado debe dorarse y la masa sin que se queme  debe quedar crocante) Una delicia!!!



viernes, 16 de noviembre de 2012

Pastel de ricota con arándanos

Todo el mundo está de acuerdo, en que cuando vas a una reunión y deseas llevar algo para lucirte,   nunca debes a ensayar una receta nueva. Siempre es más seguro llevar algo que está muchas veces probado y comprobado que  sale bien y es rico. Pues con esta receta hice todo lo contrario.  Me comprometí a llevarla a un cumpleaños y nunca la había hecho hasta ese momento. Por suerte me salió muy bien y todo el mundo la alabó por lo sabrosa que era.


Es un pastel  muy rico, los arándanos  se abren  durante el horneado y transmiten a la ricota, un delicioso sabor y un delicado colorido.


Utilizar un molde de tarta alto de aprox. 25cms de diámetro:

Ingredientes
Masa
 250 g de harina común
1 pizca de sal
 150 g de manteca blanda
 100 g de azúcar
 1 huevo
 Cáscara de 1/2 limón rayado
 

Relleno
500 g de ricota
150 g de arándanos
75 g de azúcar
100 cc de crema de leche
2 huevos
Ralladura de cáscara de  limón.
Azúcar impalpable

Preparación
En un bol batir la manteca a temperatura ambiente con el azúcar, incorporar un huevo batido y mezclar hasta integrar. Agregar la harina tamizada,  junto con una pizca de sal,  amasando de forma suave con las manos enharinadas para unir.
Guardar la masa dentro de una bolsa de nylon en la heladera,  por lo menos por 30 minutos. Encender el horno.

Mezclar la ricota con los huevos previamente batidos, el azúcar,  y la ralladura de limón.


Pasar los arándanos por un poco de agua y luego un poco de harina (esta operación es necesaria para que los arándanos queden bien desparramados dentro de la mezcla). Agregarlos a la ricota mezclando muy suavemente.
Retirar la masa de la heladera, dividir en dos bollos.
Estirar el primero  sobre una superficie enharinada, forrar la tartera previamente enmantecada y enharinada (si es de teflón no es necesario y si la masa se rompe  remendar sin problemas). Cubrir con el relleno.

Estirar el 2do. bollo de masa de la misma forma y tapar el pastel. Pegar los bordes y recortar. Con un palillo hacer  3 ó 4 agujeritos a la masa de la superficie para que la preparación, respire durante el horneado y no se infle.



Hornear a temperatura media  por unos 30 minutos, hasta que la masa tome color doradito.
Dejar enfriar el pastel, llevar a la heladera y comerla recién luego de unas horas, siempre que pueda resistirse...



viernes, 9 de noviembre de 2012

Pastitas de almendras para el café

Mi Oma (abuela)  por costumbre, solía  tener siempre preparadas unas riquísimas masitas por si venía una visita. Entonces, servía un café acompañado de estas masitas caseras.
 Las guardaba en una lata redonda y baja (de esas que traen galletas tipo danesas). Se conservaban mucho tiempo y en perfecto estado. Cuando las visitas se iban, guardaba la lata en escondites secretos. Con mis hermanos no podíamos descubrir donde y aprovechábamos cuando ella dormía la  siesta,  para buscarla y si en una de esas,  la localizábamos, no quedaba ni una masita. Por lo cual nuestra Oma debía buscar nuevos escondites. Ese recuerdo, me quedó tan grabado que  yo también hago unas masitas, en este caso de almendras y las guardo en una lata muy similar.
Va la receta.



Pastitas de almendras  

Ingredientes
150 grs. de manteca
150 grs. de almendras molidas
100 grs de azúcar impalpable
1 huevo
250 grs. de harina común

Preparación
Procesar las almendras, cuidando de no pulverizarlas. Que queden trocitos pequeños de las mismas. Mezclar con la harina.



Aparte,  en un bol cortar la manteca en cubitos, deshacerla mezclando con el azúcar impalpable.


Agregar el huevo y mezclar. Incorporar  la harina con las almendras molidas.
Amasar bien rápido.


 Cuando el bollo esté formado,  llevar a la heladera por unos 30 minutos.
Retirar y cortar trocitos de masa.


Darles forma de pequeños bollitos y  con la mano aplastar cada uno hasta que quede chatito y de forma más o menos redonda (aprox. 1cm de espesor).


Cocinar en horno caliente (200 grados) unos 7 u 8 minutos. Enfriar y levantar con espátula (son muy crocantes). Guardar, si puede… en una lata cerrada. Servir con un rico café.


Nota: Si las desea más dulces puede agregar más azúcar impalpable a la masa o bien espolvorear por arriba, una vez horneadas.

sábado, 3 de noviembre de 2012

Espárragos verdes

Tarta de espárragos “DeliKatessen”


Algo sobre los espárragos. Los  que utilizo en esta tarta, son “verdes y gorditos”.
 Aclaro ya que hay espárragos blancos muy lindos y también verdes, muy finitos. Estos últimos,  en algunos lugares los llaman trigueros  y crecen de forma silvestre. Una vez viajé a Entre Ríos a conocer a unos primos muy lejanos. Me mostraron su quinta, donde entre muchas cosas cultivaban espárragos  blancos. Alguna vez habían cultivado los verdes y luego se dedicaron a los blancos, pero  desde entonces  crecían en las cercanías en forma silvestre estos espárragos verdes muy finitos y tiernos. Ellos los utilizaban crudos para ensaladas o salteados con un poco de aceite,  apenas unos minutos, si no se desarmaban.

Ingredientes
Masa
4 pocillos de café llenos de harina leudante
½ pocillo de café de aceite
1 huevo
½ pocillo de café de soda.
Relleno
2 docenas de espárragos verdes bien gorditos.
1 cebolla grande picada y rehogada
1 diente de ajo picado
2 cucharas grandes de crema de leche
1 cuchara de harina
3 huevos
Aceite, sal, pimienta blanca molida, nuez moscada
Queso rallado a gusto

Preparación
Armar la masa y reservar.


Para el relleno:  Limpiar bien cada espárrago  para acceder a las partes blandas del mismo. Para ello,  cortar el extremo más duro del espárrago y desecharlo. Con  un pelapapas  retirar la piel de cada espárrago hasta que aparezca el centro blanco (y blando). Cortarlo en varios trozos y separar los extremos con sus puntas incluidas,  para cocinar en otra cacerola.


Es conveniente cocinar en dos cacerolas, porque los tiempos de cocción van a ser distintos. O sea va a depender  de cuan gordos  sean los espárragos. La parte alta,  lleva bastante más tiempo que la de las puntas. Ir probando hasta que los trozos duros estén bien blandos.
Colar y procesar los extremos altos. Queda una pasta de espárragos. Pero atención no procesar las puntas ni el tramo que las acompaña. Estas,  reservarlas hasta el momento adecuado.


Rehogar la cebolla picada e incorporarla a la pasta. Agregar el ajo picado muy chiquito, la crema, la cucharada de harina. Por último incorporar los huevos, mezclar bien y condimentar. Reservar.
Estirar la masa. Acomodar en un molde enmantecado y enharinado.


Acomodar sobre la superficie de la masa los cabos de espárragos con las puntas, reservados anteriormente.
Verter por encima la mezcla anterior. Espolvorear por arriba con abundante queso rallado.


Hornear a medio fuego hasta que se dore la masa y el queso rallado de la superficie.


Se puede comer tibia o fría. Ambas formas son deliciosas.


Yo la serví tibia acompañada de ensalada de rúcula, queso parmesano en bastoncitos y maníes tostados sin sal. Una verdadera delicatessen!! Y ahora es sin “K”.