lunes, 28 de mayo de 2012

Mar del Plata con muuucha niebla

¿Que se puede decir de una ciudad tan bella como Mar del Plata que  no esté dicho?

Fuímos por unos pocos  días y salvo 3 hs. el resto del tiempo,  la ciudad y sus alrededores estuvo bajo una densa neblina.

¿Que diferencia hay entre niebla y neblina?

Según Wikipedia:
La única diferencia entre niebla y  neblina  es la intensidad de las partículas, que se expresa en términos de visibilidad: Si el fenómeno meteorológico da una visión de 1 km o menos, es considerado como niebla; y si permite ver a más de 1 km, el fenómeno es considerado como neblina. Visto a la distancia, la neblina toma más la tonalidad del aire (grisáceo/azulino), mientras que la niebla es más blanquecina.

Durante el trayecto en ruta era niebla,  por lo cual casi no veíamos los coches que iban delante nuestro y menos aún los de atrás. Pero tomamos el hecho meteorológico con filosofía y mucho mate. Escuchando música y despacito llegamos.
Al  arribar a Mar del Plata, el cielo se abrió por unas horas y nos permitió sacar algunas fotos. 
Una vista sin neblina

Espigón de pescadores
 Luego se instaló el fenómeno “neblina” y  quedó así  por lo menos hasta nuestro retorno.
El paisaje era distinto, pero igualmente bello y con un encanto especial.

Cae el sol en la ciudad
Llega la niebla

Atardecer
Fuimos a ver una playa hacia el lado de Santa Clara del Mar

Playa Dorada

Playa Dorada
Como no había posibilidad de playa, hicimos un recorrido poco habitué. Fuimos a las canteras y quintas de los alrededores. Las viejas canteras de donde se extraen las famosas piedras de Mar del Plata. Tanto para sostener los espigones en el mar, como las piedras que se usan en construcciones. 
Foto prestada. Cantera de Mar del Plata

Cantera de Mar del Plata
Las canteras van formando grandes cavidades, estas se llenan de agua de lluvia y se crea un nuevo ecosistema.

Granja en la niebla
 
Rebaño de cabras bajo la niebla
Encontramos también una hermosa granja con un  tambo caprino donde se ordeña leche de cabra y hay una pequeña fábrica de quesos.  El lugar,  a pesar de la neblina me pareció encantador. Quintas con hortalizas y flores de todo tipo, siempre bajo la niebla. Fue lindo.

lunes, 21 de mayo de 2012

Una tribu feroz (Relato)

Tenía  9 años, cuando  nos mudamos a un barrio del conurbano;  a dos cuadras de la  Vía Muerta. Solo el nombre de "Vía Muerta" nos imponía respeto.


La llamaban así pues  pasaba un único tren de carga  al día y de lunes a viernes. Como no tenía barrera,  eso la hacía aún más impredecible.  Dicha vía separaba el barrio de Haedo Norte con El Palomar. Nosotros vivíamos en el límite de Haedo Norte.


La zona,  loteada hacía pocos años era algo  salvaje y primitiva. Las  parcelas, habían sido campos de eucaliptos y cuando nosotros llegamos al lugar, todavía quedaban muchos. Era muy grato caminar por las calles de tierra y sentir el aroma de los frutos de eucaliptos.

Muchos de los terrenos baldíos donde jugábamos, estaban cubiertos por esos viejos árboles además de grandes pastizales.
 La población de Haedo Norte, aún era incipiente. Tan solo unas cuantas familias desparramadas,  que de a poco iban construyendo su casa. Pero éramos muchos chicos.
Me había hecho amiga de Yoli, Mariucha, Norma, La Nelly y  Alcides, que era el único varón de la barrita y había  venido del campo. Paraba en casa de su tía para poder estudiar en un buen colegio.

Uno de nuestros juegos preferidos era el de “los indios”, pero éramos muchas indias y un solo indio.
Un día que jugábamos en uno de los lotes vacíos, logramos capturar al indio Alcides. Éste era un indio muy pícaro, que sabía esconderse muy bien entre la maleza. Así que entre los gritos salvajes de triunfo, una de las indias de nuestra tribu, pensó que sería más seguro atar a nuestro prisionero a un árbol.
Para que no escapara,  la india Mariucha fue hasta su casa y tomó prestada una soga de su papá,  que era un cacique albañil. Lo atamos bien fuerte y comenzamos a bailar a gritos la danza del fuego alrededor del prisionero.
En una de esas mi mamá,  se asomó al borde del terreno baldío y  gritó:
  ¡¡¡Está la meriendaaa…!!!
Salimos corriendo a ver quién llegaba primero.


Mi mamá nos había preparado una enorme jarra de Toddy con leche y una bandeja con una gigantesca torre de rebanadas de pan con manteca y azúcar espolvoreada por encima.


Prendimos la radio pues era justo la hora en que estaba Tarzán,  el Rey de la Selva.


Cuando ya no quedaban más rebanadas de pan,  apareció la tía de Alcides que lo venía a buscar. Se enojó mucho cuando se enteró de que nos habíamos olvidado a su sobrino atado al árbol. Por un tiempo bastante largo no lo dejó venir a jugar con nosotras.

Actualmente nos escribimos mails con Alcides. El hizo su vida adulta en Balcarce, Provincia. de Bs. As.  Pero aún recordamos el día en que fue prisionero de las bravas indias de la tribu de Haedo Norte.

jueves, 17 de mayo de 2012

Varenik de "Emilia"

Varenik deriva del ruso varenik (вареник[и]), al plural con una i, y son similares a los pirogi y los ravioli. Los piroghi, también llamados perogi, perogy, pirogi, piroshki, pirozhki y pyrohy. Los dos se pueden rellenar con puré de papas, coles, queso, ricota, repollo, cebolla, carne, huevos duros; con frutas fritos o hervidos, condimentados con manteca o aceite, en sopa con borscht, con crema espesa o con un sofrito de cebolla y panceta. O se puede volver dulce con el agregado de azúcar a gusto, especialmente cuando el relleno es de frutas, ricota, uva. O transformarse en tarta, sea dulce o salada.

Es que los varenikes y los piroghi se difundieron por todo el centro de la Europa de entonces desde Polonia a Rusia, Estonia a Ucrania, y en tierras de eslovacos y checos. Son comidas muy simples donde intervenían solamente los productos que cada uno producía, pues eran principalmente agricultores, criadores de animales de corral, con su infaltable quintita y huerto que proveían de verdura y frutas todo el año.
Varenik de Emilia

Ingredientes

Masa
400 grs de harina
1cuchara grande de aceite
2 huevos
Sal
Agua

Relleno
750 grs de papas peladas
4 cebollas grandes
Aceite
Sal
Pimienta molida

Preparación
La masa: Armar la masa con los ingredientes dejando una masa tierna.
Dejar reposar 20 minutos

El relleno: Hervir las papas peladas cortadas en trozos y hacer un puré. Aparte picar las cebollas y dorarlas en una sartén con aceite. Mezclar el puré con las cebollas. Condimentar y dejar enfriar.

Preparación
Tomar porciones de la masa y en una superficie enharinada,  estirarla con palo de amasar. Dejarla de un espesor tirando a  fino.


Con un cortapastas cortar círculos más bien grandes. Rellenar en el medio y unir los bordes formando un aro y pegar  las puntas. Si no quiere usar cortapasta (yo no lo uso), puede cortar la masa previamente estirada,  con un cuchillo y en cuadrados, también queda muy bien.


En una olla , con abundante agua hirviendo y sal, cocinarlos por 10 minutos aproximadamente.



Extraerlos con una espumadera y acomodarlos en una bandeja.
Las opciones de salsas son muchas, pero lo más común es comerlos con crema y queso rallado o con manteca y queso.


Las opciones de rellenos también son muchas: Ricota y cebollita, carne picada y cebolla doradas, acelga picada y queso blanco, etc.

viernes, 11 de mayo de 2012

Capilla del Señor (Miniturismo)


El fin de semana que pasó fuimos de Miniturismo con un par de amigos. El lugar, Capilla del Señor, se encuentra tan solo a 80 km de la Capital Federal.

Casa antigua
Tiene la característica de ser uno de los  pueblos más  antiguos de la provincia de Buenos Aires.


Hace unos años  se transformó en  un lugar muy turístico debido a que se encuentra rodeado de estancias. En ellas  dan alojamiento y almuerzos campestres para turístas que desean pasar un día de campo.

Vecino Creativo 1

Nosotros habíamos ido hace mucho, pero como fuimos directamente a una estancia para almorzar,  del pueblo solo vimos la plaza central y la capilla y no nos pareció muy distinto a otros pueblitos similares de los alrededores de Buenos Aires .
 
Vecino creativo 2




En cambio nuestros amigos son asiduos a Capilla del Señor y  enamorados de la zona.
 Por eso,  esta vez vimos el pueblo y los alrededores a través de la óptica de ellos. Conocen cada uno de los rincones, el mejor restaurante del pueblo. El mozo que los atiende siempre.  La casa más antigua, una vieja pulpería que ya no está más.  Saben el nombre de varios caballos que se encuentran por los alrededores. Con guías así,  fue como descubrir de nuevo el  lugar.

Patio del restaurante
El pueblo es pequeño y está ubicado a pocas cuadras del campo. Pero a la vez pegado a un arroyo.

El Arroyo de la Cruz, que por la correntada y el ancho,  más que arroyo parece río.


Lo bordea un bosque con hermosos árboles y pequeñas lomadas. Al costado pasa el tren y atravesando un puentecito se ve el arroyo a lo lejos, con las curvas que va pegando en su recorrido.






En el borde de la ciudad hay un  balneario, además de una piscina cubierta y un parque donde la gente  del pueblo,  aprovecha el tranquilo domingo.


Toma sol, acompaña con el clásico mate y facturas,  mientras  los niños corretean libres. ¿Se puede imaginar algo más apacible que esto?


Como regalito extra, el día había estado por momentos algo nublado y con alguna pequeña llovizna y   en el retorno, casi llegando a la capital,  vimos un hermoso arco iris.

lunes, 7 de mayo de 2012

Masitas de cereales y frutos secos bañados en chocolate.


El otro día fui a de visita a casa de una de mis hijas y me convidó con unas deliciosas masitas para el café, té, mate o solas. ¡¡Riquísimas!! Las había preparado Teresa. Así que sacamos unas fotos de las pocas que dejamos y le pedí a Tere que me envíe la receta para compartirla con Uds. Aquí va:


Hola Gely. Va la receta:

Ingredientes
200 grs de chocolate cobertura
100 gr de un mix de cereales ( yo compro una bolsitas de una marca conocida que vienen mezclados) eso es a  gusto
150 grs de frutos secos (En mi caso  le puse 50 de nueces, 50 de almendras y 50 de maní, o  los que uno tenga en casa)
50   grs de cascaritas de naranja (compradas o sino, las hago yo). Es importante  el sabor que deja en la golosina.

Preparación
Los frutos secos y la cáscara se pican groseramente. Se entremezclan y se reservan.
Se funde  el chocolate a baño maría o  microondas. Se le agrega el mix anterior  mezclandolo muy bien con el chocolate fundido. Hay que estar atento a que todo quede cubierto por el chocolate.

Luego con una cuchara se arman montoncitos en una placa cubierta por un silpak o papel manteca. También se puede utilizar un  molde de siliconas. Dejar enfriar bien  y listo.
A disfrutar!!!!

Saludos,  Teresa

NOTA:
Me comentó Teresa que es importante la calidad del chocolate que se utilice. Vienen de muchos precios y distintas calidades. Algo intermedio va bien.
Gracias Tere por tu colaboración!!

sábado, 5 de mayo de 2012

Pan con nueces, miel y canela


Ingredientes
Masa:
30 grs. de levadura de cerveza y una cucharita chica de azúcar
Agua tibia, cantidad necesaria
100grs. de manteca
¼  de taza de azúcar
1 cucharita de sal fina
1 taza de leche tibia
4 tazas de harina tamizada

Relleno:
½ taza de azúcar molida
½ taza de miel
½ taza de nueces picadas
Canela en polvo a gusto

Preparación

La Masa: Disolver la levadura de cerveza con agua caliente y la cucharita de azúcar. Dejarla reposar unos 15 minutos fuera de corrientes de aire.
Poner en un bol grande 75 grs de la manteca,  pero derretida (los restantes 25 grs. reservarlos), el azúcar, la sal, la leche y agregar la levadura ya descansada. Mezclar e incorporar de a poco la harina. Puede que necesite un poco más de la harina  indicada,  depende si le puso mucha agua a la levadura. Trabajar la masa muy bien con las manos, hasta lograr que esta sea homogénea.


Colocar en un lugar templado, tapada con una tela o repasador y dejar levar al doble de su volumen. Luego cortar en tres pedazos y dejar levar otro poco.


El Relleno: Mezclar las nueces picadas, con el azúcar, la miel y la canela (Otra forma: Colocar por capas, la miel, luego el azúcar, las nueces picadas y espolvorear con canela)


El Armado: Tomar cada bollo de masa y estirarlo con un palo de amasar en forma rectangular, dejando la masa de un espesor aprox. a medio centímetro.





Derretir el resto de la manteca (los 25 grs que se reservaron)  y pincelar el borde superior de la masa estirada. Rellenarla, ya sea por capas,  o con la mezcla de los ingredientes. Arrollarla, cerrar los bordes y colocar en una asadera de horno previamente en-mantecada y en-harinada. Separar los arrollados entre si a una buena distancia, ya que vuelven a crecer una vez en el horno.


Dejar levar un ratito más y pincelar con huevo batido. Si desea espolvorear por arriba con algo, use  lo que tenga (en mi caso puse unas almendras fileteadas). Puede ser azúcar, nueces,  etc.


Una vez fríos se conservan muy bien,  envueltos en un film.


NOTA:
Si durante la cocción se abren un poco no se asuste, igual quedan muy ricos. Solo que le va a costar un poco más despegarlo de la asadera, pues a veces se derrama la miel interna. Eso se soluciona usando dos espátulas y despegándolo en caliente.

viernes, 4 de mayo de 2012

Miguelito


¿En qué lugar no existe un Miguelito? Esto pasó en mi barrio.

Conocí a Miguelito hace muchos años. Había sido amigo de mi marido en la preadolescencia.
Muchas veces salíamos a caminar y nos lo cruzábamos. La primera vez que lo ví me impresionó un poco. En ese entonces tendría cerca de 50 años. Alto,  delgado, con abundante pelo entrecano que le caía hacia un costado del rostro,  hablaba muy fuerte y mostraba la falta de varios dientes en la boca.
Cada vez que se encontraba con mi marido,  se abrazaban afectuosamente. Miguelito conversaba siempre  sobre los recuerdos juveniles, las aventuras que habían compartido, o el fútbol en el campito.

Cuando lo conocí, nos contó que había estado internado un tiempo,  en una casa de salud mental. Pero ahora se hallaba estupendo y había retornado a su trabajo.

Luego supe que desde chico ya padecía de algunos trastornos mentales, pero era tan amigable que todos los muchachos del barrio lo tenían de amigo.
Vivía solo, se había separado hacía muchos años y no había tenido hijos.
Miguelito contaba  que lo que más valoraba y disfrutaba era la libertad. Andar por la calle,  hablar con los amigos, decirle algún piropo a una mujer. Era sumamente sociable. Eso sí, todo lo expresaba en forma muy ruidosa y potente. La gente lo miraba de costado, pero  él no se daba cuenta o simplemente no le importaba.

A lo largo de los años nos encontramos muchas veces, así,  en la calle y él siempre mostrando su  cariño. Pero se lo veía cada vez un poco más excitado y gritaba más al hablar.
Si yo me llegaba a   cruzar sola con Miguelito, o sea sin mi marido, él me saludaba muy serio y seguía su camino.

Un día nos contó que lo “jubilaron”  por adelantado a causa de su enfermedad. (Enfermedad de la cual era muy conciente)

A partir de este hecho comenzó a estar más seguido en la calle y  nosotros a encontrarlo más. Empezaba a conversar y no podía parar. Nos íbamos y él nos seguía hablando de lejos.
En uno de esos encuentros mi marido me dijo:
Pobre Miguelito. Desde que lo jubilaron está peor
─ ¿No tendría que estar internado? ─ pregunté
─ A mi me parece que si lo internan él se muere ─ respondió ─  Está mejor así paseando por la calle, si no hace ningún daño. Se siente libre.

A los pocos  días lo vi. Llevaba  puesta una camisa con unas flores muy grandes y de colores chillones y se lo veía de muy buen humor.
Dos o tres días después lo encontré vestido con la misma camisa y llevaba en la cabeza un ancho sombrero de paja con flores adheridas al ala. En sus brazos sostenía un gran ramo de claveles. Me quedé a un costado y  observé que a cada mujer joven que pasaba,  se le  acercaba y diciéndole algunas palabras  le regalaba un clavel. Las jóvenes muy asustadas, huían espantadas. Me dio mucha pena. Le conté a mi marido la última hazaña de Miguelito. Me dijo:
─ Lo van a encerrar

No lo vimos más, hasta que un día, nos dijo, un vecino que había sido del grupo de amigos:
─ ¿Se enteraron lo que pasó con Miguelito?
─ ¿Qué pasó? ─ preguntamos
─ Apareció una hermana. Ella no podía verlo así y lo internó en un geriátrico.
─ ¿Y…?
─ Estuvo 15 días mirando la calle por la ventana  e intentando salir. Finalmente murió.
─ ¿De que murió? ─ preguntamos angustiados
─ De tristeza ─ nos respondió el vecino