lunes, 28 de julio de 2014

¿Te gusta el café?

 A mi me encanta y suelo tomar 2 ó 3 por día, siempre express. Puedo tomarlo sola o en compañía, no importa como, pero lo disfruto mucho.


Fue recorriendo una famosa librería de Buenos  Aires, dónde  ví un libro  muy interesante sobre la historia del café. En dicho libro se juntaban dos cosas que me apasionan: la historia y el café. Así pues lo compré, pero no  voy a decir el autor pues este blog no hace publicidad. Ahora,  si  luego de leer este texto alguien desea el título del libro y el nombre del autor, me lo puede pedir por mail que se lo envío.

A pesar de que en Internet hay mucha… ¿Qué digo?  Muchísima información sobre los orígenes del café,  trataré de hacer una pequeña  síntesis sobre su descubrimiento,   que no deja de ser una bonita leyenda.

Se cuenta que alrededor del año 800, en una antigua tierra montañosa de Abisinia,  hoy conocida como Etiopía, vivía un joven pastor llamado Kaldi. Dedicado al cuidado de un rebaño de cabras, el pastor acostumbraba a recoger el rebaño al atardecer con el llamado de su flauta. La melodía de la flauta hacía que las cabras bajaran solas de la montaña. Pero un día no hicieron caso al sonido de la misma. Kaldi renegando trepó la montaña y al no hallarlas empezó a buscarlas entre los árboles y arbustos. Finalmente cuando las encontró,  las cabras que hasta entonces habían sido muy mansas,  corrían embravecidas, se paraban en sus patas traseras, se daban tumbazos unas contra otras y balaban con frenesí.  “Las cabras estaban locas”. De ahí proviene el  famoso dicho: “Más loca que una cabra”.


 Kaldi no entendía que sucedía y pensaba si  estarían embrujadas. Esa noche las cabras no durmieron por la excitación. Al día siguiente las siguió y observó que iban directamente hacia unos arbustos o árboles pequeños de donde arrancaban y comían con voracidad unos frutos rojizos. 


 El pastor pensó que  eso las habría envenenado. Como esta situación se repitió varios días seguidos,  Kaldi se animó y  él mismo, probó uno de los  frutos. Pero lo encontró de un sabor muy desagradable. Igualmente cosechó una cantidad de esos frutos y los llevó al convento de su pueblo.  Los monjes también lo probaron y al  encontrarlos de sabor tan feo los tiraron sobre el fuego. Ahí con el calor de las llamas,  reventó el fruto, se separó la pulpa,  el grano comenzó a tostarse y el aroma del primer café de la historia enloqueció a las cabras, a los monjes y  a los hombres. ¿No es una linda leyenda?


La historia sigue… Es realmente  muy larga e interesante, ya que pasaron muchas cosas hasta que el rico café llegó a las tazas de nuestra época.

jueves, 24 de julio de 2014

Torta de yogurt y arándanos

Cuando aparecen los primeros arándanos, me entran unas ganas terribles de utilizarlos en algún producto de repostería. 


Será que me atraen por el color y el contraste que presenta en la masa horneada. Pero por supuesto también por el sabor, que es muy agradable al paladar.  Buscando recetas,  encontré esta que vale la pena hacerla porque es deliciosa.


Ingredientes

1 pote de yogur natural (con este mismo pote se miden los demás ingredientes)
La mitad del pote de aceite.
3 huevos.
1 y 1/2 potes de azúcar. (Si te gusta bien dulce,  se puede usar 2 potes de azúcar). 
1 cucharadita de jugo de limón.
Ralladura de  limón.
1 cucharadita de extracto de vainilla.
3 potes de harina leudante.
150 gramos de arándanos.



Preparación
-  Encender el horno a fuego moderado. Preparar el molde donde se va a cocinar la torta, cubriendo el fondo con un  papel manteca cortado según la forma de dicho molde. Enmantecar los bordes y el papel.



-  En un bowl batir los huevos con el azúcar durante 3 minutos aproximadamente (hasta que se blanqueen). 
- Agregar el yogur, el extracto de vainilla, el jugo de limón y la ralladura. 
- Seguir batiendo y añadir el aceite de a poco. 



- Agregar la harina y mezclar bien. Incorporar los arándanos en este momento. Como son pesados van a caer a la base y cuando se desmolde la torta,  se verán mayormente en la parte de arriba.
- Colocar la mezcla en un molde.
- Hornear alrededor de 40 minutos. Para saber si está lista, pinchar con un palito o con un cuchillo. Si sale sin restos de masa, ya está.
- Sacar la torta del horno, esperar 5 minutos y luego desmoldar sobre una rejilla para que se enfríe. 


- Espolvorear con azúcar impalpable y a disfrutar.


viernes, 4 de julio de 2014

Ñoquis de ricota y espinaca


Ingredientes
300 grs. de harina leudante.
250 grs. de ricota.
1 taza de espinaca blanqueada y procesada.
1 huevo.
Un puñado de queso rallado.
Sal y pimienta molida a gusto.

Preparación
Blanquear las espinacas: Pasarlas unos minutos por agua hirviendo, enfriarlas bajo un chorro de agua fresca (bajo la canilla), escurrirlas bien y procesarlas. Reservarlas.



Luego hacer un aro con la harina en la mesa de trabajo. En el medio colocar la ricota, la espinaca, el queso rallado y el huevo. Condimentar.



Esta es una masa que no lleva  amasado, simplemente se mezcla y une  con la ayuda de una espátula. Se van integrando todos los ingredientes hasta  formar un bollo. Una vez logrado el bollo, dejar reposar unos 10 minutos.



A continuación,  cortar pequeños bollitos y  formar cilindros alargados. Para que no se peguen a la mesa de trabajo,  espolvorear cada tanto con harina. Cortar e cilindro en  pequeños trocitos y pasar cada uno por la maderita de hacer ñoquis,  así se  da el típico enrulado. 



Este procedimiento, aparte de embellecer a la pasta,  sirve  para que la cocción dentro del ñoqui sea mayor.



En una cacerola con abundante agua hirviendo y sal, echar los ñoquis. 



Cuando estos suban a la superficie, dejar cocinar todavía  un minuto más y recién luego retirar con espumadera.
Acomodar en un bol o bandeja donde ya haya una capa de la salsa o del acompañamiento elegido.



Quedan muy bien con cualquier salsa, o con manteca y queso,  o oliva y queso, o  crema y queso… etc.