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viernes, 18 de marzo de 2011

Ushuaia - 11- FINAL

Al bajar del trasbordador en Porvenir,   ya  estábamos en la isla  Tierra del Fuego pero del lado chileno. Bordeando un camino muy pedregoso al lado del mar y  a lo largo de la Bahía Inútil (se llama así, en serio), llegamos a la gendarmería y cruzamos en San Sebastián al lado argentino de la isla de Tierra del Fuego.


 Nos faltaba poco para nuestro objetivo: Ushuaia.


En medio de tanta soledad paramos en el ACA de San Sebastián, era como llegar a casa. Pero cuando  abrí la puerta de mi lado, el viento entró a la cabina con tanta violencia que arrancó una cinta de cuero de gran espesor, que sostenía la puerta. A partir de ese momento abríamos las puertas de a una y avisando por las dudas….

Desde allí rumbeamos pero ya con asfalto,  a Río Grande y de allí a Tolhuin.  En una Hostería del ACA sobre el lago Fagnano nos estaba esperando Athos. No recuerdo cuantos días pasaron desde que lo dejamos en la frontera de Río Turbio. Pero el reencuentro fue de mucha alegría. Otra vez éramos 9 pasajeros. Quedamos un día en esa zona hermosa y de allí fuimos a Lago Escondido, donde dormimos una noche. Luego si,  encaramos para Ushuaia. ¡¡Llegamos!!! No lo podíamos creer.


Nos quedamos varios días;  paseamos mucho.
Mi sobrino me decía:
- Cuándo cuente en Madrid que estuve “En el fin del mundo”, no me van a creer…











Pero... todo termina. Ahora  había que volver a casa. Y eso,  no era broma. Nos habíamos ido muy lejos. Pero eso,  ya no pertenece a este relato.

TREN DEL FIN DEL MUNDO

Alex me preparó este resumen:

Bs. As. - Calafate                                2852 Km.
Calafate - Pto. Natales                          285 Km.
Pto. Natales - Paine - Pta. Arenas           464 Km.
Pta. Arenas - Ushuaia                            622 Km.
Ushuaia - Bariloche                             2312 Km.
Bariloche - Ventana - Bs. As.                1625 Km.

Total                                                   8160 km.   

Solo me queda comentar,  que el retorno nos llevó varios días y por lo tanto íbamos acampando. Andrés,  no recuerdo la causa, se fue unos días antes en micro. Así que otra vez éramos 8.


 Entrando a un camping en Parque Nacional Los Alerces, Alex chocó manejando a  40 km por hora, contra una camioneta y estuvimos unos 3 días esperando a que arreglen el coche.
Marce,  subiendo por la montaña en  Cascada de los Alerces, Bariloche, también chocó.
Lo hizo  contra un coche que bajaba. Ambos venían a muy baja velocidad.





Volvimos a Bs. As. luego de varios días de viaje,  con los dos coches chocados,   pero en ningún momento en tantos kms que recorrimos,  tuvimos situación de peligro.
A pesar de discusiones, desencuentros y reencuentros,  fue un viaje extraordinario. Todos tenemos un hermoso recuerdo de estas dos  aventuras: La aventura de llegar a Ushuaia y el desafío de convivir durante un mes,  dos familias con hijos y parientes.

EPÍLOGO
Pasaron 16 años.
Ese fue el último viaje que hicimos con nuestros hijos.
Algunos de los chicos tienen ahora sus propios hijos.
Alex tuvo que cambiar el coche. Marce lo pudo arreglar, pero  el chasis quedó un poco torcido y así lo utilizamos hasta que lo pudimos cambiar.


GUATEMALA 2010


Nosotros cuatro: Alex y Moni, Marce y yo, luego de ese viaje hicimos muchos más juntos. Aún hoy día seguimos viajando juntos. Este año cumplimos 40 años de amistad.

Agradecimientos:
A Moni por darme ánimo para que escriba.
A Alex, por preparar los videos a medida que yo los usaba en el texto y calcular las distancias que figuran en el resumen final.
A Marce,  por escanearme todas las fotos que hay en el relato.

P.D. Se aceptan todo tipo de comentarios. Gracias!

Van videos del retorno.




 

jueves, 17 de marzo de 2011

Ushuaia - 10



Al día siguiente nos fuimos a Punta Arenas. Nos sorprendió muchísimo la ciudad y les hablo de 1995, no de hoy. Esperábamos ver un pueblito del estilo de Puerto Natales, en cambio encontramos una ciudad moderna, pujante con Universidad, edificios, hospitales, etc.
La ciudad
Punta Arenas es la ciudad más poblada y cosmopolita de la Patagonia chilena. Dentro de ella se encuentran todos los servicios y comodidades de las ciudades de menores latitudes. La calidad de vida es bastante buena, tomando en cuenta la lejanía de la ciudad a los grandes centros de abastecimiento.
El trazado de la ciudad corresponde al clásico diseño español de damero o "tablero de ajedrez", pero al alejarse del centro de la urbe los suburbios adquieren trazados más modernos. El centro de la ciudad presenta una arquitectura que la asemeja a las urbes europeas, y las calles son amplias y arboladas. En los suburbios, la mayoría de las casas son de estilo georgiano.
Todos los años la municipalidad de la ciudad realiza un actividad llamada Carnaval de Invierno, donde se presentan carros alegóricos y murgas, además de la elección de la reina.
Fuente: Wikipedia

Entrar para ver una hermosa foto:
http://www.chileaustral.com/parenas/

En la oficina de turismo cuando vieron que éramos muchos, nos ofrecieron alojarnos en casa de una señora que alquilaba habitaciones.
La dueña, mujer bastante entrada en carnes y de alrededor de 55 años, se veía muy arreglada, sumamente maquillada y muy simpática.
Al instante quedó prendada de Cristián. Cuando vio que era español y tenía un fuerte acento madrileño, comenzó a mostrarse muy seductora  con él.
Cristián en ese entonces tendría 23/24 años. Era  muy alto, delgado, rubio y de ojos celestes. No pasaba desapercibido.

Durante los dos días que estuvimos alojados en su casa, lo persiguió. No le importaba que estuviéramos nosotros delante; hasta llegó a ofrecerle su dormitorio y su cama, pues pobre… era tan alto que no iba a estar cómodo en la habitación con los chicos.
Cristían venía con sus quejas a mí y me decía:
- La tía esta me persigue todo el tiempo. ¿Cuándo nos vamos de aquí?
Nos reíamos y le decíamos:
- Eso te pasa por “bonito”.

Mientras estuvimos en Punta Arenas comíamos en restaurante y fue allí que descubrimos un plato que les encantó a todos: “Lomo a lo pobre”, o su variante “Pollo a lo pobre” Todo frito, pero porciones gigantes, nadie se quedaba con ganas de más.

Nos dieron esta receta:

LOMO A LO POBRE
Ingredientes:
4 bistec de lomo o de filete
12 papas largas
4 cebollas
8 huevos
aceite
sal y pimienta.

Método
 Encienda el horno con llama pequeña, para calentar cuatro fuentes ovaladas en que servirá esta fritura, además para mantener calientes los componentes que vayan estando listos. Disponga dos sartenes y dos ollas extendidas sobre los 4 quemadores de la cocina y vaya encendiéndolos según necesidad. Pele las papas y córtelas a lo largo en tiras gruesas, nada de papitas fritas enclenques y esmirriadas.
Pique las cebollas en pluma mediana. Propine algunos golpes a los bistec, si lo estima conveniente. Caliente fuertemente el abundante aceite de una olla para freír las papas, y en la otra cacerola fría la cebolla a toda llama en 3 cucharadas de aceite. Espolvoree sal en ambos sartenes, encienda los dos quemadores y luego gotéeles el aceite hasta untar toda la superficie; ponga dos bistec en cada sartén y haga funcionar el aspirador de la cocina para que el humo de toda esta fritura no interfiera en la atenta vigilancia que deberá mantener en forma permanente. (previamente se habrá cerciorado de que el balón de gas licuado
tenga suficiente contenido, una falla de este jaez sería desastrosa).
Retire del horno las cuatro fuentes calientes y póngalas separadas en la mesa de cocina, introduzca 4 marraquetas y sáquelas en cuanto su corteza esté crujiente. Con una espumadera retire las papas doradas y póngalas en un tiesto sobre papel absorbente, salpíquelas con sal y manténgalas en el horno apagando sus llamas. Distribuya la cebolla en las cuatro fuentes, voltee los bistec y ponga a freír los huevos en parejas, en la olla plana donde estaban las cebollas, trasegando aceite suficiente de la olla de las papas. Divida las papas en cuatro porciones y colóquelas en las fuentes. Acomode los bistec y cubra cada uno con un par de huevos fritos.
Si le gusta la idea, ponga un moldecito de  arroz graneado, preparado previamente (no hay quinto quemador), arrimadito al bistec con huevos. Traslade las fuentes, tomándolas con un guante de cocina (recuerde que las calentó al horno) al comedor donde esposa y dos hijos (no da para más) esperan anhelantes, estimulados por los vapores de tanta fritura simultánea. No olvide que la ensalada a la chilena, debe ser aliñada en el último momento, y que las marraquetas calientes tapadas con una servilleta, son indispensables para empujar y sopear jugos, aceites y yemas.
Satisfecho y contento después de este jolgorio gastronómico, tómese un día de descanso que bien se lo merece.

Finalmente conseguimos lugar en el trasbordador que cruzaba el Estrecho de Magallanes,  para llevarnos a Porvenir (Chile).
Mi hija mayor había quedado en encontrarse con una amiga en algún lugar del sur argentino, para hacer otro viaje.
Tuvimos una “fuerte discusión familiar” y decidió a pesar de mi disgusto, quedarse un día más en Punta Arenas y luego ir con su amiga. Por lo tanto ahora éramos 8 pasajeros.




Allí íbamos con nuestros coches a la parte de Tierra del Fuego Chilena, cruzando El Estrecho de Magallanes. Me parecía increíble estar cruzándolo. Ese  estrecho lo había visto tantas veces en el libro de geografía y ahora lo navegábamos.                                                          

miércoles, 16 de marzo de 2011

Ushuaia – 9


Todos un poco tristes por haber dejado a Athos del otro lado, encaramos la excursión al Parque Nacional Torres del Paine. Dentro de ese parque se halla también un espectacular glaciar llamado GREY.

Dejamos los coches  en estacionamiento (por fin descansaban un poco). Nos habían dicho que el camino era muy duro y estaba bastante lejos. Contratamos una excursión para los 9.



Salimos a las 6 de la mañana y volvimos rendidos a las 21 hs.
                                     
                    

Les aseguro que valió la pena totalmente. Si del lado argentino había viento, del lado chileno de la cordillera, el viento era doble.

















El recuerdo que tengo es la visión de mis hijas jugando a ver como el viento las sostenía y yo cruzando un puente colgante al cual el viento lo movía tanto, que temía caer al agua helada.




Tomamos uno riquísimos vinos chilenos y Pisco Sauer. Volvíamos a estar alegres y preparados para la próxima etapa. "Punta Arenas". La ciudad más austral de Chile.


Continuará

martes, 15 de marzo de 2011

Ushuaia – 8

De allí tomamos la ruta para ir hasta Río Turbio. Pueblo minero lindante a la frontera con Chile.
Yacimientos Río Turbio (Río Turbio) es una localidad de 6.650 habitantes, Pcia de Santa Cruz. RN 40 a 301 km de  Rio Gallegos. Río Turbio, además, es una de las puertas de entrada a Puerto Natales, ciudad chilena situada a 40 km del Yacimiento Carbonífero Río Turbio


Alex se aburría terriblemente de la velocidad a la que íbamos con nuestro coche. Era tema de conversación todo el tiempo, pero no había solución por el momento.


En una parte del  camino donde no había nadie, Alex nos pasó y se perdió en el horizonte. Nosotros seguíamos y comentábamos como podía ser que no pasara un solo coche. De repente a lo lejos, muy lejos divisamos un bulto sobre la ruta, luego a medida que nos acercábamos se veían unas formas indefinidas.
- Por fin alguien en el camino- decían los chicos
- ¡Ojo!  -le dije a Marce - hay algo sobre la ruta.
- Será un choque?- preguntó una de mis hijas
- Contra quién van a chocar aquí, si es un desierto -dijo la otra
Fuimos frenando y a medida que nos acercábamos,  empezamos a ver con más nitidez.
Había asientos desplegados en el camino y cuando llegamos vimos que estaba Alex sentado en una silla de playa,  en la banquina de la ruta, tomando mate y leyendo un libro. Nos miró cómo si hubiese estado 2 hs esperándonos.
A los 5 ocupantes del Peugeot nos agarró un terrible ataque  de risa, pero así y todo Marce no quiso darle el gusto de parar. Siguió manejando como si nada, pero llorábamos de la risa. El espectáculo de ver en medio de una ruta desértica a alguien tomando mate, como si estuviera en su jardín,  quedó  para la historia.
 Ver video


Dormimos en Río Turbio, y pasamos el día  recorriendo el pueblo minero. Por la tarde nos dirigimos a la frontera con Chile.


Queríamos ir a Puerto Natales para luego hacer una excursión a Las Torres del Paine. Cuando llegamos a gendarmería todos sacamos nuestros DNI, menos mi sobrino que tenía pasaporte español y Athos, hijo de Alex  y Moni, que  había olvidado su DNI en la casa, en Buenos Aires.
Caía la tarde  y los gendarmes no querían saber nada de dejar pasar a Athos la frontera sin documento. Gran dilema. O volvíamos para atrás y no llegábamos a Tierra del Fuego o...

Para ir a Tierra del Fuego hay dos formas: una cruzar por Chile y la otra ir en avión.
Luego de larga discusión y tratando de ver distintas estrategias, se convino lo siguiente:
Athos volvía a Río Turbio. Mientras su tio le haría llegar el DNI a algún pueblo de Argentina. Nosotros seguíamos viaje  y en 3 ó 4 días, nos encontraríamos nuevamente con él en Tierra del Fuego, a la cual llegaría en avión.
Ahora éramos 9 pasajeros. Esa noche tarde, dormimos en Puerto Natales.

lunes, 14 de marzo de 2011

Ushuaia – 7

A la mañana siguiente emprendimos rumbo a Río Gallegos, para luego ir directamente a El Calafate. Pero nos tuvimos que quedar una noche en Río Gallegos, pues Marce tenía que arreglar por 3era. vez en este viaje,  el tanque de nafta del Peugeot. Por suerte un camionero le aconsejó que pusiera una “pollerita de goma” delante del tanque,  para evitar las piedras que le enviaban las ruedas delanteras. Fue el mejor consejo, no hubo más problema con las piedras del camino. Allí,  fuimos a comer a un restaurante y algo nos hizo mal. Hubo gastroenteritis para casi todos.  Como llevábamos un buen botiquín y 2 médicos pudimos superarlo y seguir al día siguiente.

En 1995, El Calafate era una pequeña ciudad muy pintoresca y en el mes de  enero estaba cubierta de flores.

Hicimos noche en un Hostel, donde todos nuevamente dormimos en un gran salón y además se podía cocinar.
Cada uno estaba dedicado a lo suyo. Los “2 grandes jefes” jugaban a las damas, siempre discutiendo las reglas del juego, los jóvenes  peleaban entre ellos (habían formado 2 bandos y su entretenimiento era pelear).   Moni y yo sacábamos cuentas. Analizábamos y organizábamos como hacer con la comida,  ya que el plan era pasar una semana en un camping que se encontraba a 2 km del Glaciar Perito Moreno. Nos habían avisado que ni en el camping,  ni  a sus alrededores había posibilidad de comprar alimentos. Que no había proveedurías en la zona, ni luz eléctrica en el camping. El último lugar para aprovisionarse era un pueblito en las afueras del Calafate. En ese entonces,  para llegar al glaciar desde el pueblo eran 80 km de camino de tierra y ripio, en bastante mal estado.

- Llevemos toda la comida que podamos cargar en los dos coches – le dije a Moni
- Está bien, pero para cuando lleguemos,  que los muchachos hagan un asado y  mientras nosotras armamos la cocina – me respondió Moni. Si sobra algo del asado,  a la noche le agregamos fideos o arroz con una salsa. (ja…ja…ja)

Compramos y cargamos tanta comida como pudimos. Los chicos la llevaban en sus faldas porque en los baúles no entraba un alfiler. Llevaban bolsas con pan, fideos, latas,  arroz, frutas, galletas, etc.
Claro,  que 80 km de tierra les abría el apetito. Así que empezaron a comer el pan, las frutas, galletitas etc.

Pero estaban tan contentos que íbamos al glaciar, que dejaron las rencillas de lado, lo cual era un alivio para nosotros.

Acampamos. El frío que hacía a pesar de ser enero (mes de pleno verano en nuestro país) era increíble. No podíamos quitarnos las camperas y recurríamos a todo lo de lana que habíamos traído. Pero era tan hermoso, estábamos solo a unas cuadras del glaciar y sentíamos el ruído de los bloques de hielo que se desprendían y caían.

Íbamos y veníamos, nos quedábamos horas sentados con el mate,  mirando caer los enormes bloques de hielo. ¡Una fiesta!


Algunos integrantes del grupo,  decidieron hacer una excursión en lancha para acercarse casi al lado del glaciar.




Moni y yo en cambio,  decidimos tomar un té en la Hostería Los Notros, muy cerca del glaciar. Nos sentamos al lado de una ventana con vista al mismo y calentitas,  sentadas al lado de un hermoso hogar a leña, veíamos desde ahí caer los enormes bloques de hielo.
¡Que bien lo pasamos!


Llevábamos 2 días de campamento y Moni y yo empezamos a notar que se estaban acabando las provisiones. El frío nos hacía comer a todos más de lo calculado y ni les cuento a los chicos.

Averiguamos si había un pueblito,  almacén o lo que sea donde nos vendieran comida sin tener que volver los 80 km de ripio al Calafate. No, no había.

Asamblea general.
“Nos estamos quedando sin comida, Si quieren quedarse un poco más en este lugar, hay que racionar lo que queda. De lo contrario tendremos que volver. No vamos a hacer 160 km de este camino solo para traer comida”.
Discurso de los grandes jefes. Quejas a granel.
Esa noche Moni y yo, hicimos el  último guiso de arroz con lo que encontramos en la despensa. Tratamos que las 10 porciones fueran equitativas, pero todos nos quedamos con hambre.

A la mañana siguiente una de mis hijas, me dice:
- Mami, probá este dulce que hice…
- No me digas que usaste todo el azúcar que teníamos? – pregunté y al la vez corrí, solo para comprobar que efectivamente,  en el tarro de azúcar no quedaba nada.
- Pero probálo – insistía. Moni y yo probamos una puntita con la cuchara. Y se me ocurre preguntarle de que era el dulce.
- Lo hice con unos frutos de un arbusto- dijo ella.
Nos llevó a verlos
- ¿Como sabés que son comestibles? -Preguntó uno de los varones  -¿y si son venenosos?
Fue suficiente. Decidimos partir y llenar nuevamente nuestros depósitos, con alimentos de origen menos dudoso.


Nos despedimos del glaciar. Aunque no habíamos logrado quedarnos una semana, igualmente lo disfrutamos mucho.

Va un videito del lugar



Continuará

viernes, 11 de marzo de 2011

Video de un Tornado en Argentina

Ushuaia - 6

Es imposible contar la convivencia de 10 personas,  día a día,  durante un mes. Problemas hubo, no era todo idílico. Pero del recorrido saltearé algunos de esos días para llegar a los puntos más destacables. Algunos de ellos por la belleza de los lugares a los que llegábamos y otros por los sucesos en sí,  del grupo humano que conformábamos.









Nuestra próxima parada era Comandante Luís Piedra Buena, pequeño oasis dentro del desierto patagónico y próximo al Puerto Santa Cruz.



Se encuentra ubicada sobre el margen izquierdo del río Santa Cruz, a 231 Km. de la ciudad de Río Gallegos y a 2.250 Km. de la Capital Federal, sorprende al visitante por la verde vegetación de las márgenes del río que le da una imagen de oasis dentro de la inmensa y semidesértica estepa patagónica.
La ruta era bien desértica y cada tanto pasaba algún camión o coche, prácticamente íbamos solos. A esta altura Alex se cansó de ir detrás nuestro con la baja velocidad que llevamos todo el viaje. (apenas orillábamos los 100km por hora). Por lo cual arreglamos que él fuera adelante y cada tantos Kmts. nos encontrábamos para asegurarnos que todo marchaba bien.
Mi sobrino manejaba muy bien y tranquilo, total mas de 100 por hora, no podía ir. Marce que le encanta viajar, pero no manejar, casi le cedió el puesto de conductor principal.
Tomábamos mate y charlábamos cuando de pronto se vió a lo lejos algo parecido a un remolino pero de gran tamaño. A medida que nos acercabamos vimos que eran dos, uno grande y otro más pequeño. Empezamos a gritar:
- ¡Un tornado!
- ¡No! ¡Una tormenta de tierra!!


Cristián seguía manejando cuando de golpe,  uno de los dos remolinos/tornados,  se nos cruzó en medio de la ruta y no dio tiempo a parar, ni  eludirlo. Fue muy impresionante!! Nos sacudió durante unos instantes  el coche, con nosotros y nuestra carga. Luego siguió su camino. El viento se los llevó a ambos.
- Joder!! – dijo mi sobrino cuando logró frenar el coche. ¿Que fue esto?
- La Patagonia - le respondimos – aunque ninguno de nosotros nunca había visto algo semejante.


Llegamos a Piedrabuena y  conseguimos hospedarnos en un motel sobre la ruta. Como era del ACA, tenía restaurante y allí fuimos rápidamente.
El dueño resultó ser un Sr. increíblemente amable. Se conquistó a nuestro jóvenes contándoles anécdotas de la zona.
Una increíble fue de cómo podían sobrevivir las ovejas de la región,  a pesar  que la nieve en invierno, las tapaba 2 ó 3 metros.

Vean el video que preparó Alex.

 Continuará, pero el lunes próximo!

jueves, 10 de marzo de 2011

Ushuaia - 5


La próxima parada era Comodoro Rivadavia.


Allí  teníamos que  alojarnos los 10 en un hotel de la ciudad. Ya entrando a la zona de Comodoro se podían observar los “Gatos o Cigüeñas” extrayendo petróleo de las entrañas de la tierra. La zona si bien es marítima es árida y muy desértica. Pero la ciudad en 1995, ya se veía  muy pujante, me imagino lo que será actualmente.
Cuando descendimos de los coches,  el viento era tan fuerte que había que sostener las puertas para que no se desprendieran.



Los hoteles no estaban reservados, tampoco disponíamos de Internet ni de celulares. Para comunicarnos de un coche a otro solo había una forma: Parar y bajar. Por estas circunstancias cuando llegábamos a una ciudad,  lo que tratábamos era encontrar un hotel donde nos alojen a los 10 juntos. No fue en este caso,  pero si durante este viaje, a  mi sobrino español, le tocó dormir en un pasillo.



Conseguimos hotel, primer punto solucionado. Pero ahora había que darle de comer a la tropa. Fuimos a un restaurante del centro. Los chicos tenían hambre, y mucho!!!
 Los camareros no daban abasto en traer bandejas de pan,   platos de comidas, bebidas,  y siempre pedían más. Si,  salía caro,  más que cuando cocinábamos Moni y yo en el camping. Pero “El Pozo” por ahora venía respondiendo,  y para nosotras dos era una delicia no tener que cocinarles. Luego hablaré sobre ese tema.

Mientras cenábamos Alex le dijo a Marce:
- Che Marce  porque van tan despacio en la ruta?  No superás los 100km.
- ¿Que querés? si somos 5 adultos, vamos con el baúl cargado,  más el paquete enorme arriba, el viento y 4 ventanillas abiertas. El acelerador va siempre a fondo.
- Bueno mañana vamos a tratar de hacer el portaequipaje un poco más aerodinámico a ver si mejora -dijo Alex. El tenía sus equipajes muy aerodinámicos y no se si era razón suficiente, pero su coche iba mucho más rápido que el nuestro. También tenían aire acondicionado e iban con las ventanas cerradas. O sea el viento los frenaba menos que a nosotros...

“A 14 kilómetros de Comodoro, en dirección Sur, Rada Tilly es una ciudad balnearia con muy buenas playas. Los que no son de aquí posiblemente se quejen por el excesivo viento”. El lugar es muy bonito pero el viento es terrible.

Nuestros chicos empezaban a pelearse entre ellos; ya llevábamos varios días de convivencia.
Alex y Marce,  en cuanto encontraban  una mesa se ponían a jugar a las damas. En realidad no jugaban a las damas, pero si a ver quién de los dos hacía más trampas. Discutían mucho, porque ambos querían ganar siempre.
 Continuará