sábado, 15 de marzo de 2014

Todo hecho en casa.

Canastitas de brócoli y queso

Un relato que no es mío, me lo contaron.  Trataré de transcribirlo lo mejor posible. Tampoco tengo fotos para ilustrarlo, así que hay que recurrir a un poco de imaginación.

Leticia es una joven mamá que siempre está muy ocupada con su trabajo y la crianza de un bebé. En cuanto a lo del bebé se lo toma muy en serio, por eso quiere darle una buena alimentación, del tipo: "todo hecho en casa". Pero eso requiere tiempo. Ir al mercado o a la feria,  elegir verduras y frutas frescas y... tiempo, es lo que no tiene Leticia.

Una vecina le sugirió:
─ Si le compraras  las verduras al funebrero, te ahorrarías de ir al mercado.
─ ¿A quién? ─ preguntó asombrada Leticia
─ A Rodolfo. Día por medio pasa por esta cuadra  vendiendo verduras frescas y muy baratas, también trae frutas buenísimas.
─ ¿Y quien es Rodolfo y porqué funebrero? ─ preguntó Leticia.
─ Ahh.... Es todo un personaje. Trae la mercadería en un coche fúnebre antiquísimo,   esos que eran descapotados, los que portaban  las coronas de flores hasta el cementerio. Un Mercedes Benz de los años 50. Está todo abollado, despintado... pero aún anda y él lo utiliza como una  pequeña verdulería ambulante.
─ No te puedo creer ─ comentó riendo Leticia.
─ Si y las vecinas nos avisamos unas a otras: " Llegó el funebrero” “hoy trae unas berenjenas muy frescas" ...
─ ¿Y cómo me entero a que hora pasa?
─ Ja...ja. Te vas a enterar. Si escuchás música de cumbia a todo volumen, salí a la calle porque es él.
Al día siguiente Leticia efectivamente escuchó una música de cumbia bastante fuerte. Salió a la calle  y no podía creer lo que veía.
Un coche desvencijado,  tal cual se lo había contado su vecina, pero Leticia fue encontrando  más detalles aún. Las verduras asomaban por todas partes y lo más llamativo era que en el techo del viejo Mercedes funerario, entre hojas de cebollas de verdeo, puerros y acelgas se encontraba colocado un altoparlante tan viejo como el coche,  de donde a todo volumen, se escuchaba el ritmo de las cumbias.

Mujeres y algunos hombres rodeaban a Rodolfo y compraban.
Leticia,  a partir de ese día, comenzó a ser una clienta más del funebrero, pero había varias características más que conformaban la personalidad de Rodolfo, el funebrero,  y que Leticia fue descubriendo con el correr de los días.

Rodolfo era alto, flaco,  vestido siempre con jeans  y remeras viejas. Llevaba un sombrerito  con visera y por  los costados de la cara le salían unos cabellos largos, negros pero  con canas. Aparentaba más de 50 años. Cuando por alguna causa se quitaba el sombrero, entonces se  veía que era calvo, aunque con el sombrero puesto no se notaba.

Rodolfo sólo vendía  verduras y frutas que consiguiera baratas, pero que además, tenían que ser de buena calidad. Si no era así, no las traía, por lo cual no se podía elegir mucho entre esa escasa variedad. Otro detalle tan asombroso como los anteriores es que a Rodolfo, se le podía decir: “Dame chauchas"  si las tenía, pero jamás "cuantas". Nada de 1 kg o 1/2kg. Él tenía  una especie de  compromiso con toda su clientela, e iba repartiendo las cantidades según su criterio, para que alcanzara a todos/as. 


Un ejemplo,  me contó Leticia,  que un día Rodolfo trajo unas ciruelas hermosas, grandes, rojas, apetitosas y a muy buen precio!  Le hizo llevar  2 kg y ella sólo quería 1 kg. Pero para que no se enojara llevó obedientemente los 2 kg.
 Repartía  las cantidades a su antojo o de acuerdo a su esquema mental. “Y si no te gustaba no le compres a él.  Vete al mercado".  Tampoco  daba bolsas, ni de Nylon ni de papel, eso sí era bien ecológico. Cada cliente tenía que traer su bolsa.
Pero según Leticia, cuando lograbas entenderlo era muy alegre y siempre repartiendo recetas para preparar sus 
frescas verduras.
Leticia preparó estas ricas canastitas de  brócoli y queso según sus indicaciones. Aquí si hay alguna foto.

Canastitas de brócoli

Ingredientes
Un brócoli bien verde y grande
Una cebolla
Un diente de ajo picado
Una cuchara grande crema de leche
2 huevos
Bastante queso rallado
Una docena de tapas de empanadas
Sal, aceite, pimienta molida y nuez moscada todo a gusto.

Preparación
Hervir el brócoli en agua y sal. Dejar enfriar y picarlo un poco.
Picar la cebolla y dorarla en aceite. Agregar el ajo picado.  Luego Mezclar con el brócoli,  la crema y los dos huevos. Condimentar.



Formar canastitas con cada una de las tapas de empanadas, rellenarlas con la mezcla y espolvorear cada una de ellas con abundante queso rallado. Acomodarlas en una bandeja de horno en mantecada y hornearlas hasta dorar.
Se pueden comer calientes o frías. De ambas formas son muy ricas!!

4 comentarios:

  1. La receta parece una real delicia Gely! y además es sencillísima, así que me voy a poner a hacerlas.
    Con respecto a Rodolfo, todo un comerciante contemporáneo. Me encanta la gente así, simple, y con esquemas mentales para la equidad.
    Me encantó la historia!!
    Te mando un beso grande y mil disculpas por la ausencia, la facultad me quita el poco tiempo libre que tengo.
    Besototes!!!

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    Respuestas
    1. Gracias Silvia! Cuanto e alegra que hayas retomado tus estudios. Besos

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