martes, 19 de octubre de 2010

AREPAS DE COLOMBIA


 
Estábamos recorriendo la hermosa ciudad de Cartagena de las Indias, en Colombia. La ciudad vieja  se encuentra totalmente amurallada y  al borde del mar. Con gran placer nos perdimos entre sus callejuelas, donde las casas coloniales están pintadas de colores fuertes y contrastantes. Hay calles donde  venden comidas típicas y se especializan en dulces y confituras.
En uno de los puestos nos detuvimos a comer arepas, “arepitas calentitas” como las ofrecen las mujeres. Solicité si por favor me pasaban la receta, y muy gentilmente me la dieron. Aquí va:
Ingredientes:
1 taza harina de maíz (si consigue harina de maíz blanco, mejor)
1 taza harina de trigo.
1 cucharadita de sal.
4 cucharaditas de polvos de hornear.
1/4 taza manteca vegetal.
1 huevo batido.
2 1/2 tazas de leche.
Mezclar los ingredientes secos. Combinar el huevo y la leche y añadirlos. Agregar la manteca vegetal y si es necesario añadir leche adicional para hacer una pasta casi fluida. Verter 3-4 cucharadas (o más si gusta más grande) sobre una sartén plana sin grasa y cocer ambos lados hasta las arepas estén bien doradas.
Servir como pan o con mantequilla o cualquier tipo de jarabe, jalea o mermelada.  Muy ricas!!!


AREPAS DE COLOMBIA





lunes, 18 de octubre de 2010

¿Nos alimentamos bien?


                                                              
Acepté la propuesta de realizar el ejercicio recomendado por la Dra. en Antropología, Patricia Aguirre.
Tomé como referencia una importante Avenida que está próxima a mi domicilio.
A continuación, narro  mis observaciones mirando ambas manos de la Avenida, pero solo en el recorrido de una cuadra (100 mts.) y a la 9:30 hs. de la mañana de un día lunes.

 1.  En una de las 4 esquinas, hay una fábrica de sándwiches  de miga. El negocio ocupa toda la esquina y tiene como cartel, una gran marquesina ofreciendo catering completo para fiestas. Además en sus vidrieras, se exponen gran variedad de tortas, masas finas y delicadezas.

2.    Esquina de enfrente, un bar con gran vidriera, donde se observa gente desayunando.
3.    Kiosco con muchas golosinas, expuestas casi sobre  la acera.

4.    Gran cartel publicitario con afiche de personas comiendo chocolates y la marca del mismo.

5.    Supermercado chino con vista de almacén y verdulería a la vereda.
6.    Arrojado al cordón de la calle: Una envoltura de papel de barrita de cereales, un sobre de azúcar, un envase de galletitas, una cajita rota de alfajores y un envase de cartón de jugo de frutas.
7. Otro Maxi kiosco y un camión descargando cajones de gaseosas y cervezas

   

8.    Una anciana arrastrando un changuito con alimentos varios.
 9.   Una verdulería muy grande con verduras y frutas expuestas sobre la vereda.



10.   Llegando a la esquina (o sea los 100mts.), dos bares- confiterías , uno enfrente del otro.

Conclusión:
El total de eventos alimentarios en una sola cuadra,  fue de 10. De estos ninguno fue olfativo, gustativo, ni  táctil. Salvo el camión descargando gaseosas que era auditivo, pero también visual, el resto “solamente visual”.
El único lugar de "alimentos frescos" fue la verdulería y  de preparación artesanal, el de tortas. ¿Impresionante No?



domingo, 17 de octubre de 2010

Constructores de Sentido en la Alimentación Actual

Dra. Patricia Aguirre. Antropóloga

Los ejercicios que le proponemos a continuación son para que Ud. saque sus propias conclusiones.

Consideraremos “evento alimentario” a todo estímulo (físico o social) que evoque la comida o el acto de comer.
Esto quiere decir:
• El olor a comida que emana de una casa. De un negocio o de la vianda de un caminante.
• La visión de un envase de golosinas en la calle, o una publicidad, o una mesa de un restaurante al paso, o un kiosco, o un transeúnte comiendo en una esquina.
• El ruido de vajilla al preparar la comida o al descorchar una botella.
Todos estos son eventos alimentarios a registrar.

Ejercicio 1
Consiste en caminar una cuadra por una avenida, registrando los eventos alimentarios que encuentre a su paso.
Anótelos descriptivamente, por ejemplo:
-Anciana con bolsa de verduras.
-Exhibición de mercadería en verdulería.
-Olor a pan tostado que emana de casa.
-Estudiantes comiendo helado.
-Cartel de publicidad de cerveza.
-Papel de golosina en vereda.
-Cáscaras de naranja en tacho de basura.
-Pasa un coche particular con una canción publicitando un chocolate a todo volumen.

Ejercicio 2
Cuente el total de eventos alimentarios en una sola cuadra.
Proyecte esto a su vida cotidiana. ¿Era consciente de la cantidad de eventos alimentarios ­además de los necesarios para su comida del día a los que está expuesto cotidianamente?

Ejercicio 3:
Clasifique a los eventos alimentarios de acuerdo a los sentidos involucrados (gusto, olfato, vista, oído, tacto).
¿Era consciente del lugar de lo visual y la publicidad?

Ejercicio 4:
 Clasifique a los eventos alimentarios de acuerdo a su fuente.
A.     Referidos a alimentos crudos o frescos
B.     Referidos a preparaciones caseras
C.     Referidos a preparaciones industriales

¿Era consciente que la mayoría de nuestros alimentos son industrializados y accedemos a ellos a través de mecanismos de mercado?
¡No se olvide!





La fábula del Escorpión y la Rana

Queridos lectores de este Blog: 
Hoy siento muchas ganas de contarles esta antigua fábula; tan popular y tan actual. Es de origen desconocido, aunque muchos se la atribuyen a Esopo.

La fábula del Escorpión y la Rana
Había una vez una rana sentada en la orilla de un río, cuando se le acercó un escorpión que le dijo:
—Amiga rana, ¿puedes ayudarme a cruzar el río? Puedes llevarme a tu espalda…
—¿Que te lleve a mi espalda? —contestó la rana—. ¡Ni pensarlo! ¡Te conozco! Si te llevo a mi espalda, sacarás tu aguijón, me picarás y me matarás. Lo siento, pero no puede ser.
—No seas tonta —le respondió entonces el escorpión—. ¿No ves que si te pincho con mi aguijón, te hundirás en el agua y que yo, como no sé nadar, también me ahogaré?
Y la rana, después de pensárselo mucho se dijo a sí misma:
—Si este escorpión me pica a la mitad del río, nos ahogamos los dos. No creo que sea tan tonto como para hacerlo.
Y entonces, la rana se dirigió al escorpión y le dijo:
—Mira, escorpión. Lo he estado pensando y te voy a ayudar a cruzar el río.
El escorpión se colocó sobre la resbaladiza espalda de la rana y empezaron juntos a cruzar el río.
Cuando habían llegado a la mitad del trayecto, en una zona del río donde había remolinos, el escorpión picó con su aguijón a la rana. De repente la rana sintió un fuerte picotazo y cómo el veneno mortal se extendía por su cuerpo. Y mientras se ahogaba, y veía cómo también con ella se ahogaba el escorpión, pudo sacar las últimas fuerzas que le quedaban para decirle:
—No entiendo nada…
¿Por qué lo has hecho? Tú también vas a morir.
Y entonces, el escorpión la miró y le respondió:

—Lo siento ranita. No he podido evitarlo. No puedo dejar de ser quien soy, ni actuar en contra de mi naturaleza, de mi costumbre y de otra forma distinta a como he aprendido a comportarme.
Y poco después de decir esto, desaparecieron los dos, el escorpión y la rana, debajo de las aguas del río.

Moraleja: No te engañes a ti mismo ni a nadie. Uno siempre es lo que es, a pesar de las circunstancias.


sábado, 16 de octubre de 2010

Lo que "no se debe hacer" si quieres lograr un buen asado


 Consejos valiosos para que tengas en cuenta
Estas son las diez cosas que un asador jamás debe hacer a la hora de prender el fuego, cocinar la carne y servirla. Estos son los 10 pecados capitales del parrillero.
1. Usar alcohol para prender el fuego
Los asadores consagrados consideran esto una verdadera mariconeada. Utilizar alcohol acelera el proceso de incineración del fuego y resulta muy peligroso.
2. Echar al fuego cualquier leña

Al fuego hay que cuidarlo, avivarlo, verlo crecer como a un niño sin que se convierta en un monstruo. La leña que se va a utilizar debe estar siempre estacionada, sin humedad. Las dos mejores variedades son la de espinillo y la ñandubay.
3. Tapar la carne con papel de diario
Uno de los grandes temores de cualquier asador es que la brasa no alcance para cocinar la carne. Por eso utilizan toda clase de artilugios para lograr el ansiado “efecto hornito”. Uno de ellos es tapar la carne con papel de diario. Sin embargo, los expertos consultados afirman que esto no es recomendable desde el punto de vista sanitario.
4. Cortar la carne para ver si está jugosa
 Cortar la carne para “ver si está jugosa” debería ser caratulado por la Justicia de los asadores como un crimen de lesa humanidad. Ese tajo (por más leve que sea) provoca un drenaje de los jugos más sabrosos y hace que termine seca como suela de zapato. 
5. Poner la carne congelada en la parrilla
Sucede con frecuencia. Uno hizo las compras la noche anterior y decide que la carne se quedará en el freezer hasta el día siguiente, “para que se conserve mejor”; y luego, directo a la parrilla. Error grave. El que haga esto comerá un asado duro. 
6. Bajar demasiado la parrilla
El asador amateur convive con el miedo a que se le apague el fuego y que la brasa no alcance para cocinar la carne. Por eso baja la parrilla hasta que los fierros casi tocan el carbón. El resultado es, indefectiblemente, que la carne quede arrebatada. Esto es: carne cocida por fuera y roja por dentro.
7. Poner la tira de asado así nomás
La tira de asado es el corazón de toda buena parrillada y prepararla es tan simple que resulta increíble que, al momento de echarla a las brasas, muchos cometan el error de colocarla de costado o, peor aún, con el lado del hueso hacia arriba. La tira siempre se coloca con los huesos hacia abajo y puede permanecer así durante horas.
8. Servir la carne en bandejas metálicas

El asado puede quedar perfecto, pero si se come frío, todo el esfuerzo habrá sido en vano. Eso le pasa a los amateurs que llevan la carne a la mesa en bandejas metálicas que bajan la temperatura de la carne. Lo correcto es utilizar tablas de madera.
9. Apurar mollejas y chinchulines
Uno de los errores más comunes es apurar mollejas y chinchulines colocando bajo ellas gran cantidad de brasas, lo cual genera una detestable “gomosidad” de la achura en cuestión. Una buena alternativa en el caso de las mollejas es calentarlas y echarlas como lonjas para que queden bien crocantitas.
10. Ser ansioso
Dejamos este último punto para el final porque sin dudas es el más importante. Todo lo que apunte a acelerar el proceso del asado terminará saliendo mal: poner pastillas para prender el fuego, usar briquetas, reavivar las brasas con secadores de pelo o darle a la carne más vueltas que una calesita. El asado es el elogio de la lentitud y el disfrute sagrado se encuentra en dedicar al proceso el tiempo que merece.


viernes, 15 de octubre de 2010

IGUANA EN ALGUASHTE

El Salvador es el país más pequeño de América Central y tiene como costa el Océano Pacífico. No es el Caribe, pero tiene mucho encanto. Es un paísito lleno de volcanes,  Selvas y el mar...




Los pobladores son muy amables y sencillos. Estas motitos son el medio de transporte más común. Vienen a reemplazar a nuestros taxis.






Algunas de sus comidas típicas son un poco raras, pero parece que a ellos les gusta mucho