sábado, 12 de noviembre de 2011

Personajes - Rosa

Rosa nació en Tucumán,  pero hace años que   vive en Buenos Aires.
Hoy apareció en casa muy  temprano por  la mañana y me trajo una docena de Tamales hechos por ella. 


¿Saben como son los Tamales que ella prepara? ¡Exquisitos!  Algo muy especial y muy valorado por mi familia.


Rosa, desde muy joven, trabajó siempre duro para mantener a su familia. Sus hijos ahora son adultos, pero  ella igual sigue trabajando mucho.

En realidad el fuerte de Rosa siempre fue la cocina. Sabe cocinar de todo, muy bien y muy elaborado. Comidas dulces, saladas… etc, etc. Prepara  comidas para eventos particulares y para una parroquia. Cuando hace empanadas, nunca hace menos de 250 ó 300. Si hace pizzetas, 300, ó lo que haga falta. Ella, no habla en “docenas”, solo habla en “cientos”. ¿Postres? ¡¡Deliciosos!! Además, siempre está probando algo nuevo. No se cansa de aprender.
Hizo varios  cursos de cocina: Comida Para Celíacos, Panadería y Repostería,  etc. Pero yo que la conozco hace muchos años,  encuentro que lo que más rico le sale y en forma tan natural,  son las comidas típicas de su provincia natal.  Prepara unas empanadas tucumanas que son un vicio, no se puede parar de comer.


Hace varias semanas  me comentó que su hermana,  que vive  en Tucumán,  le estaba por enviar una caja de chalas de maíz. Usted me dirá:
- ¿Y porqué desde Tucumán?
Es que en nuestra enorme ciudad,  casi no se consiguen en cantidad,  como ella precisa. Los choclos,  se venden pelados y envasados en bandejas de tergopol, cubiertas con un  film. Las chalas las tiran a la basura.
Por eso todos los años a Rosa le llega como encomienda desde Tucumán,  una enorme caja de chalas de choclos,  que su hermana las va juntando para los tamales y para las humitas.


Cuando hoy me dejó los tamales, le ví una cara de  cansancio terrible y le pregunté:
- Pero Rosa… ¿Cuantos tamales hizo?
Me respondió con un gesto que interpreté como de “varios centenares”. Es que los iban a vender a través de la parroquia,  en la “Feria de las Naciones”. La  que se está desarrollando en estos días,  en nuestra ciudad.


Observen por favor, la prolijidad de cada  tamal. Viene armado en un paquetito, con las chalas dobladas y atadas con un hilo,  al cual solo le faltaría un moño. Esto hace que a uno hasta le de un poco de pena,  cortarlo para abrirlo y comerlo.


Por suerte,  pudimos superar la pena y le dimos buen término. Excelentes!!

Nota:
Parece ser que el origen de los tamales es mexicano, la palabra proviene del náhuatl “tamalli”, que significa: envuelto.

Era una manera de cocinar el maíz,  envuelto en hojas. Luego se agregó un relleno (algún tipo de carne). El tamal se  propagó al resto de los pueblos originarios de América y las envolturas fueron cambiando, lo mismo que los rellenos. Cada zona lo adaptó a lo que tenía, por ejemplo en Costa Rica los he comido envueltos en hojas de plátanos. En el sur de México,  son  pequeños y muy picantes!!
He escuchado decir que se pueden envolver también con hojas de remolacha y hasta con hojas de acelga.

1 comentario:

  1. Yo en México probé tamal de ¡¡lagarto!!, y te digo que ta güeno, no "ta mal".
    Para acompañar esta historia de Rosa y sus choclos, chalas y tamales les recomiendo la "Balada de Juan Poquito", de M.E.Walsh, por Verónica Condomí:

    http://www.youtube.com/watch?v=AWVtKSgJySA&feature=related

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