Aprovechando que estaba muy bueno el clima, se me ocurrió darle una mano de pintura a las paredes de mi pequeño jardín. Como buena pintora de “brocha gorda”, salpiqué con pintura a todas las plantas que estaban cerca. Para repararlo me disponía a limpiar o cortar las ramas con pintura, cuando de pronto me encontré con este personaje.
Estaba paradito, muy silencioso, tanto que casi me asustó. Pensé que iba a salir volando rápidamente y me asombró que no se moviera del lugar. Enseguida me acordé del relato que presentaron Paula y Javier en este mismo Blog (3 de diciembre de 2010), respecto a un pichón de zorzal. Fui corriendo a buscar mi cámara de fotos y dije para mí:
- Cuando vuelva con la cámara ya no va a estar.
Pero estaba y además se dejó fotografiar con tanta docilidad que me hizo pensar:
- Este pichón, sabrá que voy a publicar sus fotos en el Blog y estará posando para la
fama?

No fue lo único que encontré. También hallé en medio de un rosal lleno de espinas este nido abandonado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario