miércoles, 1 de junio de 2011

Pájaro resucitado

Hace unos años estábamos de turistas en Costa Rica con nuestros amigos Alex y Moni. Toda Costa Rica nos  parecía un Parque Nacional. En realidad “Los Ticos”, como ellos mismos se denominan, consideran a su país como  “área protegida”.
Existen increíbles Mariposarios, Oquidearios, Bosques Húmedos Protegidos, Bosques Lluviosos, Volcanes Activos, Criadero de Tortugas Gigantes (cuidado por jóvenes venidos de todo el mundo para ese fin), animales de todo tipo… etc. etc.

Tortugas gigantes
Es imposible en ese ambiente tan ecológico no sentirse invadido de pensamientos nobles y protectores hacia  la madre naturaleza.
Esta  ranita  estaba en el marco de la ventana de nuestra habitación.

Mano de mi marido
Un día,  estábamos desayunando en un lugar donde estaba colmado de pájaros de toda especie. Se veía que estaban muy adaptados a la gente. Se acercaban a las mesas y confianzudamente picoteaban las migas casi al lado de uno. 


De pronto,  uno vino volando derechito a nuestra mesa.  Desgraciadamente no se dio cuenta que  había un vidrio de por medio. Se estrelló con un sonoro impacto sobre el vidrio y cayó instantáneamente al suelo. Nuestro amigo Alex, médico él, salió rápidamente, recogió al pajarito y ante el asombro nuestro y de todos los que allí se encontraban, comenzó a hacerle respiración por el pico (le insuflaba aire) y con  el dedo índice,  le hacía masaje cardíaco. Todos pensamos que se había vuelto loco.
- Alex  -le dije -está muerto!! Pero él insistía.
 Se juntó  un grupo alrededor del inesperado socorrista. Todos le decían que el pájaro estaba muerto, que era imposible que  resistiese  semejante golpe. Pero en una de esas el pajarito hizo unas contracciones y se movió. Quedó unos instantes sobre la mano de Alex como si estuviera mareado y de pronto aleteó,  levantó vuelo y se fue.
- Bravo!! Bravo!! – comenzamos a gritar y a aplaudir todos los presentes.
Fue uno de los  desayunos más raros que tuvimos en este viaje.
Lamentablemente como todo fue tan rápido,  no reaccioné para sacar fotos,  a pesar de que venía fotografiando a los pájaros que picoteaban las migas.

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